"El color azul puede significar tranquilidad, pero también está relacionado con la tristeza"
Jung Hoseok es un psicólogo infantil el cual trabaja en una escuela, allí conoce a Kim Ara, una niña de siete años quien de repente ha cambiado en menos de...
Unos toques a la puerta indicaron a Kim Ara que tenía visita, se encontraba en su habitación recostada en la cama como solía hacer últimamente, tan sólo días habían pasado desde la muerte de su madre y su padre, para ella se sentían años, el tiempo estaba pasando muy lento. Jung Hoseok se acercó tomando asiento a orillas de la cama.
—Pensé que te encontraría dormida—Hoseok puso atención a las ojeras debajo de sus lindos ojos rasgados, ojos que ahora le recordaban mucho a SoHyun, sobretodo el lunar pequeño—Lamento no haber venido antes.
Ara se incorporó quedando sentada. Notó la pequeña bolsa que traía su psicólogo.
— ¿Qué es eso?
— ¿Qué crees que sea?
La niña levantó la mirada.
— ¿Una bola de cristal?
Sonrió un poco asintiendo.
—Fui a crear la mía—eso sorprendió a Ara—Hay una tienda que te permite armar tu propia bola de cristal, puedes agregarle lo que más te guste—notó sus ojos brillar un poco—Le pedí permiso a tus tíos, sé que ambos están ocupados por tus papeles y los abogados—Ara también sabía de eso, ahora que era huérfana, sus tíos no le decían finalmente con quien de los dos quedaría—Tu tía JiEun necesita salir por un momento, ¿Quieres acompañarme a la tienda?
— ¿No viene de esa tienda?
—Y pensé en ti en el tiempo que estuve allí—sonrió dulcemente. Pellizcó su mejilla sacándole una pequeña pero mínima sonrisa— ¿Aceptas mi invitación?, me gustaría hablar contigo.
—Está bien.
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La tienda era pequeña, tenían bolas de cristal de todo tipo para cualquier ocasión, en una esquina tenían un pequeño taller donde las personas hacían su propia creación. Hoseok y Ara se encontraban sentados en una mesa con muchos materiales para usar, el chico veía como la niña disfrutaba el proceso, estaba muy concentrada en lo que usaría.
— ¿Puedo preguntarle algo, doctor Jung?
— ¿Qué cosa?
— ¿Cómo es su nueva bola de cristal? —preguntó revisando las pequeñas figuritas que irían en medio de la bola— ¿La hizo pensando en su madre?
—Se podría decir—asintió—El animal favorito de ella eran las mariposas. No importa el color que tuvieran, a ella le gustaban mucho.
Ara se detuvo volteando a verlo.
— ¿Entonces colocó mariposas allí?
—Luego te la muestro. ¿Qué piensas colocar en tu creación? —Hoseok señaló las figuritas. Ara tomó una bocanada de aire pensándolo, su cabello oscuro iba recogido en una coleta baja.
Los ojos de la niña se posaron en una figurita que describía lo que quería reflejar. Era totalmente blanca, pero si lo deseaba podía pintarla con los pínceles allí, la figurita consistía en dos personas abrazándose, más bien era una madre rodeando con sus brazos a una niña. Ambas se veían muy cómodas, a Ara le recordó los abrazos de su madre. La tomó con cuidado acariciándola, Hoseok notó como sus ojos contenían las lágrimas.
Él mejor que nadie sabía del dolor de perder una madre a temprana edad.
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—Aquí está—una de las empleadas de la tienda entregó la bola de cristal a Ara en una pequeña caja para protegerla mejor, luego de que la misma Ara la hiciera, la tienda se encargaba de acabar los detalles—Gracias por visitarnos.
—Gracias—Hoseok junto a Ara hicieron una reverencia. Se retiraron del local encontrando el cielo un poco gris. El chico sacó su teléfono enviando un mensaje a TaeHyung para informarle que estaría más rato con la niña— ¿Tienes hambre, Ara?
— ¿Oh? —colocó un mechón detrás de su oreja—Un poco.
— ¿Qué te gustaría comer? —guardó el teléfono en su bolsillo.
—Cuando supe que era amigo del tío Tae habíamos ido a comer pizza. ¿Podemos comerla de nuevo?
Hoseok sonrió asintiendo, le ofreció su mano y ella la aceptó. Ambos fueron en silencio por la calle, esa vez Hoseok no había llevado su auto, en el local tomaron asiento en una de las mesas pidiendo una pizza grande para ambos con ingredientes extras, afuera había comenzado a llover.
— ¿De qué quería hablar conmigo? —quiso saber dejando la pequeña caja en una bolsa a sus pies. Hoseok hizo lo mismo.
—La profesora Song me preguntó por ti, no sabía que dejarías la escuela.
—Sólo la dejaré hasta el nuevo año escolar—explicó distrayéndose con el envase de las servilletas—Mis tíos saben que no tengo cabeza para estudiar ahora mismo.
—Entonces...tendrás vacaciones temporales, ¿No? —se cruzó de brazos sobre la mesa.
—Sí—asintió— ¿Y usted? —levantó sus ojos— ¿Seguirá en la escuela?
—Por el momento sí—forzó una sonrisa—Al igual que tú no he tenido cabeza para atender a otros niños. Siempre...estoy pensando en tu madre.
— ¿No está molesto conmigo por faltar a su funeral?
—Cuando mi madre murió tampoco fui a su funeral—eso sorprendió a Ara—Estaba solo, nadie iría a despedirla y yo tampoco quería hacerlo.
— ¿Por qué?
—Estaba molesto y triste, molesto por haberla perdido por su miedo de dejar a mi padre, triste porque deseaba una familia, quería saber que se sentía recibir amor de ambas partes—Ara escuchaba con atención—Nadie te culpa por no haber ido, todos respetamos tu dolor.
—No quiero respeto. Quiero comprensión.
Hoseok sonrió ladinamente.
—Desde que te conocí supe que eras muy inteligente y madura, Kim Ara.
—Doctor Jung.
— ¿Sí?
—Usted es el único que entiende como me siento—hizo una pequeña reverencia—Gracias por seguir aquí incluso cuando omma no está.
Sus ojos de nuevo contuvieron las lágrimas. Hoseok tomó su pequeña mano sobre la mesa acariciándola.
—Cuando te sientas lista para ir a visitarla puedes decirme, yo iré contigo.
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