Tulipanes

Capítulo Doce: Tres contra Uno

Lugar: Academia de Guardaespaldas D'Angelo
18 de mayo de 2014

Lennon Alonso

Entró al salón de tiro al blanco viendo a mis próximos estudiantes... Mejor dicho víctimas porque pretendo sacar su potencial a punta de entrenamientos hasta que colapsen, pero deben acostumbrarse porque aquí es así horas en entrenamientos y en clases de teoría, simulacros de casos policiales si les interesa trabajar para la policía y otros simulacros de emergencia y el cómo resguardar a la persona que debes proteger a todo eso se dedica enseñar esta academia.

—Buenos días —saludo a todos que ya están preparando sus armas y colocándose en su lugar. Tomando mi propia arma empiezo a presentarme.

—Seré su nuevo instructor en tiro en blanco y artes marciales por un tiempo mientras que se recupera de la operación Méndez —les digo mientras que uno de ellos alza la mano.

—Si dime —contesto a un peli negro que me hace recordar a Kenneth por el leve parecido que tiene.

—Es más joven que todos nosotros y nos dará clase —menciona con sorna hacia mi si tiene razón soy menor que todos ellos ya que ellos están cerca de los veinticinco años según lo que observe de sus expedientes.

Los demás se quedan callados mientras que nos ven a ambos.

—Tienes razón tengo diecinueve años —le contesto con neutralidad—. Pero tengo la capacidad necesaria para el puesto de instructor y por eso estaré de suplente.

—Claro, seguro —menciona sarcástico dejando la conversación ahí, pero salta alguien más para hablar antes de ignorar a este sujeto y dar comienzo.

—Claro que tiene la capacidad Barriega no contrata a cualquiera y además fuiste el guardaespaldas que detuvo el terrorista que iba a matar al gobernador —dice señalándome con algo de asombro.

—Si fui yo, pero no más interrupciones —les contestó poniéndome las gafas de protección y tomando los audífonos.

—Quiero ver lo que han aprendido y luego veremos si vamos al campo libre a disparar —digo mirándolos a todos y voy al tipo que me cuestiono que se encuentra serio.

—Empecemos —mencionó poniéndome los audífonos anti sonido y cargando el arma apuntó hacia los blancos y todos ya en posición para dar inicio doy la señal de disparar.

Empezando una lluvia de tiros hacia los blancos que están compuestos de maniquíes. El suelo del lugar se empieza a llenar de casquillos mientras que a los minutos detengo de disparar al acabarse mis balas en donde hice tiros certeros a toda el área del pecho del maniquí. Analizó quienes fallan y aciertan los tiros para poder elegir quienes irán al campo y los cuales tendrán que quedarse a practicar aquí.

La mayoría lo hace bien menos tres personas, el chico que me cuestionó falló seis tiros mientras que los gemelos que están en este lugar fallaron más o menos esa cantidad. Miro el contador en la pantalla plana del lugar en donde marca los tiros fallados y los acertados.

—Ustedes tres se quedarán a practicar aquí los demás irán conmigo al campo libre —les ordeno mientras que tomamos nuestras armas y municiones.

Antes de salir les digo a los tres notando como el que me cuestiono quiere replicar y esta tenso.

—Cuando vuelva verificaré cuántos tiros hicieron si mejoran probablemente mañana puedan ir al campo —les digo saliendo del lugar junto con los demás estudiantes. Encaminándonos hacia la puerta trasera de la academia llegamos al campo que hicieron hace poco. Una nueva instalación que va ayudar a obtener más experiencia. Compuesta de elementos como obstáculos de púas, objetos movibles que deben esquivar y maniquíes puestos en lugares específicos.