Capítulo Veintitrés: Una pista

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27 de junio de 2014

Samantha Lebrant

Yo no quiero llegar a eso...

Mamá no le hubiera gustado que termine en esas condiciones. Si no me hubiera encontrado mi guardaespaldas tal vez estuviera en el hospital con hipotermia.

Pero dejo de pensar en los hubiera y me levanto de mi cama mientras hago mis necesidades y me cepillo los dientes. No puedo terminar así no le daré el gusto a Mateo y a su madre que fueron los causantes que todo terminara así.

No más, yo no quiero esto para mí y mamá se merece justicia, aunque no se haga por vía legal.

Terminó de arreglarme poniendo un jogger color gris y una camisa blanca ajustada. Saliendo del cuarto me encuentro con mi nana que trae el desayuno en una bandeja hacia mi dirección.

—Pensé que aún seguías en la cama y te iba a traer el desayuno —me dice mientras que le sonrió levemente. Tomó la bandeja bajando las escaleras junto a ella.

—Gracias por lo de ayer nana...

—Tremendo susto que me diste mi niña, pero gracias al muchacho Lennon quien te encontró y pudo actuar rápido.

Asiento mientras que llegó al comedor donde ya está Alonso sentado vestido con ropa casual como le ordene días atrás.

—Buenos días señorita Lebrant ¿Ya se encuentra mejor? —me pregunta dando un mordisco a su pan.

—Buenos días y todo bien Alonso. Gracias —contesto agradeciéndole por lo ocurrido y sentándome frente a él comemos en silencio luego de eso mi nana se va a la cocina. Vuelve junto a un jugo de frutas para mí y un vaso de agua para Lennon.

Como de mis frutas y observó de reojo al vigilante está con una camisa azul cielo de mangas cortas que me hace ver que su tatuaje cubre su brazo completamente con símbolos incas y su cabello recogido. Aun así, con su ropa informal tiene el maldito porte de guardaespaldas... Dejo de observarlo al encontrarme con su mirada también.

—Señorita Lebrant no sé si sea el momento para decirlo, pero... encontré que a Mateo lo tienen fichado la policía de Chicago.

—Eso ya lo sabía pudiste encontrar algo más —contestó porque él escapó de ese lugar para seguir buscando nuevas víctimas aquí y lamentablemente fui una de ellas.

Pero no más seguiré con esto hasta que él pague por lo que hizo.

—Puse una cámara discreta en dirección de la casa vecina y encontré el lugar en donde hacen refuerzos para autos —me dice y terminando mi comida sonrió por fin se encontró algo.

—Termina de comer iremos para allá Alonso necesitamos averiguar eso —contesto levantándome al terminar de comer todo y dejando todo en el lavavajillas mientras escucho un resoplido de su parte.

—Señorita Lebrant ese lugar es peligroso para usted aparenta ser un lugar de mecánica común, pero hacen trabajos para todo tipo de personas —me comenta con seriedad mientras me cruzo de brazos.

—Iré al lugar Alonso confío en que no pasara nada además estaré contigo —le digo mientras lo sopesa.

—No iremos al lugar...

—Si iremos al lugar me dices que sabes algo que me puede ayudar para poder encontrar esa rata y me dices que no —digo seriamente pasando por su lado, pero sus siguientes palabras me hacen detenerme.

—Conozco alguien que trabaja en ese lugar iremos a darle una visita —contesta así que sin esperar más busco mi cartera en mi cuarto mientras que le digo que lleve las fotos. Me aseguro de llevar dinero por si no quiere soltar la lengua el sujeto.

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