Capítulo 16

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LIAM ES LO PEOR DE LO PEOR. ¡¿CÓMO ALGUIEN PUEDE SER TAN ODIOSO?! Con las prisas ni tan siquiera he cogido la cartera, ni la botella de agua, ni el estuche ni nada de nada. Tan sólo dos libros y un cuaderno. De verdad que lo odio. Los ojos se me llenan de lágrimas de pura rabia y tengo que entrar en el cuarto de baño para que nadie me vea llorar. Trato de calmarme, pero es inútil. Liam acaba con mi paciencia en dos minutos. ¡¿Por qué me trata así de mal?! ¡¡¡¿Qué le he hecho?!!! ¡Agghhhh!

Dos chicas entran en el baño y yo corro a entrar en uno de los wc y cerrar la puerta. Genial. Vuelvo a repetir mi antigua costumbre de encerrarme en los baños a llorar. Sólo es que esta vez en lugar de ser un instituto, se trata de una universidad.

—¿Sabes que Liam Turner tiene una compañera de cuarto?

Me congelo al oír lo que están diciendo. De todos los temas de conversación habidos y por haber, ¿tengo que escuchar este?

—¡¿Una chica?!

—Sí, una zorra con suerte. Si yo fuese ella me llevaría todo el día mirando a Liam.

—¿Te imaginas dormir con él?

La emoción se hace real en su voz.

—Liam siempre va a ser el chico más atractivo de tercero. ¿Recuerdas cuando...

No soy capaz de seguir escuchando. Miro por la rejilla de la puerta a las dos chicas. Ambas tienen el pelo castaño y lacio, y llevan una falda tan pero que tan corta que me escandalizo nada más verlas. ¿Cómo pueden moverse con libertad sin temor a que se le vea la ropa interior? No creo que esa clase de chicas tenga el menor pudor, pero aún así, trato de no juzgarlas y abrir la mente.

Es ridículo juzgar a alguien por lo que lleva puesto. Me miro a mi misma. Quizá debería de vestir más acorde a cómo visten las chicas aquí. Puede que esta tarde vaya de compras. Y esta vez de verdad. Soy la típica que dice que quiere ir de compras, pero que luego mira el dinero que tiene en la cartera y decide posponerlo. Esta vez no. Liam va a dejar de meterse conmigo por lo que llevo puesto. Va a dejar de hacerme sentir insegura. Puede incluso que le pida a Abby que me acompañe. Puede que así se me borre de la cabeza y del recuerdo las palabras de esas chicas alabando lo bueno que está Liam mientras se marchan. Sigo sintiendo rabia porque otras mujeres lo vean tan atractivo cuando salgo del cuarto de baño. Ya voy irremediablemente tarde a clases.

Tras disculparme por llegar tarde y que las cuatro siguientes horas se me pasen volando, llega la temida hora del almuerzo. De nuevo, me doy prisa en salir de la universidad e ir a comer algo, esta vez con tan buena suerte que Abby y su novio me paran cuando estoy atravesando las puertas de salida del edificio.

—¡Nicole!

Me giro con una sonrisa al reconocerla y ver como se acerca con una sonrisa radiante. Hoy sólo hemos coincidido en la segunda clase y ella estaba aún demasiado dormida para hacer otra cosa que bostezar y sonreírme de vez en cuando. No obstante, eso no hizo que perdiese la oportunidad de pedirle que me acompañase de compras, lo que no podía figurarme era que su novio Kerwin también viniese.

—¡Hola Abby! Iba a almorzar a...

—Me lo imagino, pero vamos contigo y luego podemos pasar al centro comercial como querías. Mi novio puede llevarnos.

Me quedo mirando a Kerwin, pensando si va a quedarse. Él me devuelve una medio sonrisa y parece leerme la mente.

—Antes muerto que ir de compras con ella. No sabes lo que has hecho.

Me lo quedo mirando y río con suavidad, en una risa con compromiso de las que no estoy acostumbrada a evocar, imagino que está bromeando. Una hora y media más tarde, después de que Kerwin nos traiga al centro comercial y quedemos con él en que nos va a recoger cuando Abby lo llame, entiendo perfectamente que no se trataba de una broma. Abby es la persona más indecisa de la historia. Quiero decir, duda entre comprarse la misma camiseta en azul o en azul oscuro y luego al final se las compra las dos. Eso estaría genial si no hiciese lo mismo con cada prenda que le llama la atención. Dos horas después de bajarnos del coche, seguimos en los probadores de la segunda tienda en la que hemos entrado.

ABEJA REINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora