Capítulo 48

78 13 7
                                    


NICOLE

¡¿Pero qué ven mis ojos?! Cuando salgo del baño descubro la respuesta a esa pregunta. Liam va de mesa en mesa con una libreta, trayendo y llevando bebidas y comida. ¡¡¡¿Está haciendo de camarero?!!! ¡¡¡El niño rico y el antipático de Liam Turner está trabajando de camarero!!! Lo observo mientras le sonríe a un cliente que le da propina. No puedo evitar quedarme mirándolo. Observo cada uno de sus movimientos. Desde la forma en la que se rasca la nariz hasta en la que camina, llena de seguridad. Me desconcierta tanto verlo que no me doy cuenta de que él se ha percatado de que estoy observándolo. Creo que cualquier persona con ojos se daría cuenta.

Liam se acerca, claramente molesto por mi atención. Su aroma se cuela por mis fosas nasales y logra desestabilizarme. ¡Qué bien huele, joder!

—¿Qué estás haciendo? –inquiero en voz baja.

Él deja una bandeja cerca del fregadero y se vuelve a acercar a mí, mirándome como si fuese una niña pequeña y sacándome de quicio.

—Vamos Nicole, hasta tú eres capaz de adivinarlo –me suelta con altanería.

Me enfado nada más escucharlo.

—Sí, por supuesto que sí, pero no entiendo el motivo.

Liam es rico. No necesita trabajar. Y si lo necesitase, jamás me lo habría imaginado como camarero.

—¿Ahora tengo que darte explicaciones? –suelta una carcajada—. ¿A ti?

Cierro los ojos y me mojo los labios. El ambiente parece volverse más denso. El tiempo parece dejar de tener sentido. La rabia también flota en el ambiente. Nos aguantamos la mirada hasta que me mira de arriba abajo y me empuja hacia dentro de un pequeño cuarto. Me pongo alerta nada más darme cuenta de lo que hace, pero lo dejo hacerlo. Es como algo me atrajese a él. Luego cierra la puerta y aprisiona mi cuerpo contra el suyo. Noto la fría pared detrás de mí. Su cuerpo, delante de mí, dolorosamente cerca y distante a partes iguales.

—Tienes que dejar de hacer esto, Nicole.

No lo entiendo, y sentirlo tan cerca no me ayuda a pensar.

—¿De hacer qué?

—De seguirme. Primero acabas en mi habitación, luego cuidando de mis hermanos y ahora esto.

—¡Por el amor de Dios Liam, no te he seguido! ¡He venido aquí con mis abuelos y Brandon!

Algo en su rostro cambia.

—¿Brandon está aquí?

Me percato de cómo hay ira fría en sus ojos.

—¿Qué pasa, ahora hiere tu ego que te vea sirviendo platos?

Liam se tensa. Su calor corporal y su altura me intimidan. Hay algo en él, en su forma de ser mezclada con su atrayente físico, que volvería loca a la más cuerda de las mujeres.

—Por supuesto que no. Este es el restaurante del padre de Abby, mi exsuegro. Simplemente le echo una mano alguna que otra vez.

Está furioso. Sus puños cerrados a ambos lados de su cadera me lo indican. ¿Por qué está así? Cierro los ojos, disfrutando de su cercanía hasta que noto como su aliento cae en el borde de mis labios, provocándome una brutal oleada de calor en el vientre. Los abro y me quedo mirándolo. Las palabras se materializan en mis labios sin que pueda hacer nada para evitarlo.

—Sigues enamorado de Abby.

Me duele tanto decir esas palabras que noto incluso un pinchazo en el corazón. ¿Qué demonios te pasa Nicole?

ABEJA REINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora