Parte 31

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NICOLE

El agua cae caliente sobre mi cuerpo y suelto un suspiro de tranquilidad y placer. Me enjabono el pelo y cierro los ojos. Me llevo un rato debajo del chorro de agua y siento como todos mis músculos se relajan. No hay sensación que me guste más que una buena ducha con agua caliente. O eso creo cuando alguien empieza a dar golpes en la puerta.

—¡¿Qué coño haces en este baño?!

No puede ser.

—¡¿Qué crees que hago?!

Me apresuro a enjuagarme el pelo. La espuma cae sobre mi rostro y mi espalda.

—¡Usar algo que no te pertenece!

¡Oh, venga ya!

—¡Tus hermanos son más maduros que tú!

Liam parece irse y a pesar de eso yo me doy prisa para acabar de ducharme hasta que escucho algo que me deja paralizada. Juro que la puerta estaba cerrada, pero con horror soy capaz de escuchar como Liam mete una llave y entra en el baño. Corro a coger la toalla que he dejado colocada por encima de la mampara y me tapo rápidamente, empapando la toalla al hacerlo porque incluso la ducha está aún encendida. La paro como puedo y noto como el acondicionador me entra en los ojos. ¡¿Puede pasarme algo más hoy?! Al levantar el brazo izquierdo para frotarme el ojo vuelvo a abrir sin querer el riego de la ducha y vuelvo a mojarme. ¡¡¡MIERDA!!!

Abro la mampara odiando a Liam, pero también aterrada porque no tardo en tener pensamientos anticipatorios sobre todo lo que puede pasar. Estoy en una casa desconocida, una casa enorme donde nadie va a oírme si grito, mojada y cubierta solo por una toalla y con Liam mirándome iracundo desde el otro lado de la mampara. Al abrirla quedamos muy cerca el uno del otro, y soy capaz de ver como él saborea el miedo que tiene que haber dibujado en mis ojos.

—¿Con qué derecho entras aquí?

-¿Yo? ¡¡¿Con qué derecho entras tú a un baño cuando otra persona se está duchando?!! ¡Es una falta de respeto!

-¡No! ¡La falta de respeto es entrar en un sitio sin pedir permiso! ¿Qué coño te crees que haces?

La forma tan dolida en la que habla me deja sin aliento. Sus ojos vuelven a estar rojos. Estoy segura. Lo tengo demasiado cerca para no verlo.

-Estoy tratando de entenderte.

Las palabras que él mismo me dedicó hace un rato suenan en la estancia, ahora salidas de mi propia garganta.

Liam da un paso atrás y se lleva una mano a la cabeza antes de inspeccionar el lugar.

-Sal de aquí. Ya...

-¿Qué parte de que estoy duchándome no entiendes?

-¡Joder, Nicole!

La impotencia que veo en él hace que me enjuague el pelo con la toalla puesta y salga de la ducha. Estoy muy nerviosa por estar desnuda, solo tapada con una toalla, delante de él. Me siento expuesta, aunque la forma en la que él niega con la cabeza y se lleva ambas manos a la frente me hace quedarme quieta. Parece que está deseando llorar, y eso me genera un agujero en el pecho. ¿Qué diablos le pasa?

-Sea cual sea el motivo por el que este baño es especial para ti, yo no podía saberlo.

Mi voz suena tan quebradiza que Liam se gira hacia mí. Sus ojos recorren con tristeza mi cuerpo. Tanta, que no la soporto.

-Has tenido que coger esa toalla... -musita.

Miro hacia debajo y veo que tiene una inicial escrita. Hay una inicial en ella que me pone el corazón al cien por cien. Lo destrozado que parece Liam me hace entenderlo de pronto.

ABEJA REINADonde viven las historias. Descúbrelo ahora