37-| Sentirse insuficiente

2.2K 236 151
                                    

Mia acariciaba las palmas de mis manos con sus dedos pulgares en movimientos circulares, la canilla del baño de la casa se escuchaba gotear porque la cerradura estaba rota y no se cerraba bien

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Mia acariciaba las palmas de mis manos con sus dedos pulgares en movimientos circulares, la canilla del baño de la casa se escuchaba gotear porque la cerradura estaba rota y no se cerraba bien. Abajo, Elías y Hanna reían por algo que la pelinegra había dicho.

El sonido de la risa de Elías había sonado tan familiar como la risa de mi propio padre. Había momentos en los que creía que el era como un segundo padre para mí, como un padrino. Ya tenía uno pero no estaba muy presente, la última vez que lo había visto fue cuando mis papás vieron en las noticias la motocicleta destrozada de mi abuelo.

Esa historia ya la saben, sería relleno volver a contarla.

«Podrias publicarla, así la gente te respondería y la historia de nuestros abuelos no sería una historia más, perdida entre el millón»

Necesitaría mucho valor para hacerlo, y el permiso de mi abuela lo cual no tenía y tampoco podía pedírselo porque se ponía mal cada vez que le nombrará a mi abuelo. Ella estaba muy enamorada de él y viceversa, tenía 17 años cuando lo conoció. No fue amor a primera vista de su parte, pero mediante pasaba el tiempo aprendió a amarlo, con su pasado oscuro y todo.

Lo amó sin peros, y era algo que yo también quería hacer.

Pero ahora que lo pensaba también implicaba saber que ella, lo más probable, es que se alejaría de mi vida porque sus actitudes homofobicas eran cosas de las cuales no se avergonzaba mostrar en público.

Siempre me dolieron, de alguna forma.

Suponía que, quizás en eso entonces, ya tenía medio claras las ideas que hoy por hoy estaba asimilando. La idea me hizo tener ganas de vomitar.

Tenía a la chica más hermosa que había visto sentada en frente de mí, olía a café negro, su cabello estaba desordenada y un poco más largo a cuando la había conocido, sus ojos seguían teniendo el brillo que siempre tuvieron y odié un poco al mundo por haberle arrebatado algo tan increíble como la vista.

Era algo en lo que pensaba seguido pero no lo decía porque a Mia no le gustaba hablar de ello, respetaba su decisión pero mi mente aún divagaba por esos pensamientos que aparecían cada tanto.

—Y bien, ¿Por dónde quieres empezar?— preguntó con una suavidad que solo ella podía tener, pestañeo lentamente y tuve que hacer mucho esfuerzo por no quebrarme allí mismo.

Bien.

¿Por dónde iba a empezar? No tenía ni idea de que era lo que quería decirle. Lo primero que se venía a mi mente era "Lo siento"; lo sentía por haber jugado con ella como en algún momento Alana lo hizo conmigo, lo sentía porque no podía darle el amor suficiente como para que le bastara conmigo, lo sentía porque no tenía mis ideas claras y por lo tanto no podía darle una jodida repuesta, lo sentía porque era egoísta, la mayor parte del tiempo.

Mi cabeza solo pensaba en eso, así que lo dije.

No salió tan bien como creí, Mia parecía tener el poder de hacerme soltar la lengua cuando estaba con ella.

Léeme En Braille, Mia [LIBRO 1]Where stories live. Discover now