16 de junio

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Querido diario:

Si solo pudieras verme, mi querido confidente...

Sabes, de nada serviría que en este preciso momento se me ocurriera salir corriendo hacia mi habitación, y encerrarme en ella para que nadie me volviera a preguntar qué me está sucediendo. Porque sin ninguna duda, me sentaría justo en frente del enorme espejo que había pegado con la ayuda de mi papá en una de las paredes, y me pasaría muchísimas horas allí tratando de lograr algo sumamente imposible. Comenzaría a ponerme capas y capas de maquillaje sobre el rostro, así como lo suelen hacer las celebridades para tapar cada una de esas imperfecciones, que tanto les aterra mostrar al mundo. Y luego de haber terminado con el arduo trabajo, me daría cuanta que todo había sido en vano y una gran pérdida de tiempo, ya que no había nada en el mundo, que pudiera ocultar las horrendas machas oscuras que tenía bajo los ojos. ¿Quieres saber por qué tenía y tengo un par de ojeras muy marcadas? Bueno, la cuestión es que no pude dormir en todo la santa noche.

Ayer en la noche, después de que los empleados que trabajan en el parque de diversiones estuvieron a punto de llamar a la seguridad del lugar para que nos sacasen de allí, porque nosotros nos rehusábamos salir de allí y ellos realmente necesitaban cerrar las puertas para poder irse a sus casa. Nos quedamos parados en la vereda por un largo rato esperando a que apareciera un taxi, pero como eso no sucedió le dije a Kameron que lo mejor era que me fuera caminado a casa rápido, y que el hiciera lo mismo. Pero como te puede imaginar se negó rotundamente, me dijo que a pesar que su cerebro estuviera completamente entumecido por el frió, él no permitiría que me fuera sola y menos sabiendo que eran más de las nueve y media de la noche. Quería acompañarme hasta la puerta de mi casa para poder estar seguro de que llegara sana y a salvo.

Media hora después

Cuando estábamos con Kameron buscando en la guía telefónica algún número de los taxistas que trabajaban a tres cuadras de mi casa para que lo pudieran llevar hasta la suya, ya que no había aceptado que mis padres lo hicieran. Mi mamá salió de la cocina para preguntarle a Kam si no quería quedarse más tiempo, porque estaba haciendo pastas caceras para la cena y tenía ganas de invitarlo a compartir con nosotros. Luego de que mi amigo aceptara la invitación que ella le había hecho, mi adorada madre, le dijo que se sentía un tanto preocupada por él, porque según ella lo veía muy delgado, que se podía notara claramente que no se estaba alimentando correctamente. Inmediatamente supe porque se lo estaba diciendo, ella estaba al tanto que él estaba viviendo solo en su apartamento. Pero para mi mayor sorpresa, luego de que Kam la estuviera escuchando muy atentamente, admitió que ella tenía razón porque a causa de sus horarios no podía tener una diera muy balanceada, y eso estaba causando estragos en él.

A pesar del llanto insoportable de mi pequeño hermano, pasamos una noche muy entretenida. Pero tristemente, Kam tuvo que irse como a las doce porque a la mañana siguiente tenía que levantarse temprano para asistir a clases. Y por suerte, el cabeza dura esta vez acepto que mi papá lo llevara.

Luego cuando entré a mi habitación a buscar mi pijama para irme a dormir, vi algo que hizo que comenzar a enloquecer. Sobre mi cama había un cartel que to había escrito para no olvidarme de algo muy importante. En el pedazo de papel rosado decía:

¡AURA, ESPERO QUE NO SEAS TAN ESTÚPIDA COMO PARA OLVIDARTE DE ESTUDIAR PARA EL EXAMEN DE MATEMÁTICAS QUE TIENES MAÑANA! ACUÉRDATE QUE EL PROFESOR REYES TE TIENE EN LA MIRA.

Y aunque quise golpearme con cualquier cosa que encontrara para poder perder el conocimiento, tuve que comenzar a practicar algunos ejercicios del libro, porque si llegaba a sacarme una mala calificación el profesor me reprobaría la materia, y me daría el sermón más aburrido que te puedas imaginar.

Para secar tus LágrimasWhere stories live. Discover now