04 de junio

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Querido diario:

Cuando llegué súper agotada del instituto este mediodía, me encontré con una nota que se encontraba apoyada sobre una pequeña mesa en donde siempre pongo mis llaves. Al principio me dije que no la iba a ojear porque posiblemente sería destinada a mamá o a papá. Pero al volverla a mirar algo me llamó la atención…, en ella estaba mi nombre. Así que sin dudar la tomé entre mis manos y la abrí. Era un mensaje de mi abuela que decía “Corre y ve que encuentras en tu refrigerador”, y así lo hice. Creo que me morí de la felicidad al ver una torta gigante de chocolate. Mi abuela por fin había cumplido su promesa.

            Antes de que me dirigiera hacia la escalera para subir a mi habitación con una porción grande de torta y una taza caliente de café, mamá entró velozmente del jardín y me detuvo. Me preguntó cómo me había ido en el examen de matemáticas que tenía en la primera hora. Yo le contesté que no estaba muy segura porque los ejercicios eran bastante complicados. Mamá me dijo que no me preocupara que todo saldría bien.  También me comentó que ella y papá no estarían en casa esta noche. Era el cumpleaños del jefe de papá y los había invitado a cenar en un lujoso restaurante francés.

            Después de unas cuantas horas, cuando mis padres ya no estaban recibí un mensaje de WhatsApp de Joshua:

                        ¡Amiga, sálvame!

            Me alarmé y escribí:

                        ¿Qué sucedió? ¿Estás bien?

            Inmediatamente respondió:

                        Una pequeña guerra con Sally. Pero me encuentro genial.

            Contesté:

                        ¿Guerra? ¿Qué hiciste, Joshua?

            Escribió:

                        Ella hizo un comentario no muy agradable en el grupo, así que nos vengamos.

            Pregunté:

                        ¿Qué dijo?

            Contestó:

                        Ella nos preguntó si no nos daba vergüenza bailar con tacos, porque nos hace lucir más homosexuales de lo que somos.

            Conteste:

                        ¿Qué? ¿En serio preguntó esa idiotez?                

            Respondió:

                        Sí. Sally es tan prejuiciosa, que al ver un grupo lleno de chicos parados sobre zapatos de taco aguja, dio por sentado que éramos todos homosexuales.

            Escribí:

                        Seguramente no tiene ni idea que la mayoría de los chicos son heterosexuales.

            Contestó:

                         Sabes que somos un grupo de amigos que nos queremos y respetamos mucho, así que eso no nos enojó. Pero lo que sí hizo que nos molestáramos fue su actitud, ella se quería burlar de nosotros.

        Respondí:

                Y ustedes se vengaron. ¿Qué hicieron?

Para secar tus LágrimasWhere stories live. Discover now