28 de mayo

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Querido diario:

Hoy a las once y veinte de la mañana recién había llegado a casa después de haber hecho unas comprar para mi abuela. Ella no podía salir de su casa porque estaba diluviando, y se habían inundado todas las calles que rodean la cuadra donde ella vive. Así que con una llamada a mi celular me despertó para pedirme si podía hacerle el favor de ir por ella. Como no podía decirle que no tuve que vestirme y calzarme mis botas de lluvia, y salir hacia el supermercado con la lista de productos que me dictó por teléfono.

         Al terminar de hacer todas sus compras, tuve que ir hasta su casa para poder entregarle todo lo que me había pedido unas horas antes. Cuando por fin el taxi que conseguí afuera del supermercado encontró la calle donde vive la abuela, pude comprobar con mis propios ojos la gran cantidad de agua que había en el vecindario.  La abuela estaba observando por la ventana, así cuando vio que bajaba del auto se apresuró para abrir la puerta. Me estaba esperando con una toalla naranja para que secara mi cabello.

            —Hola, princesa.

            Me tiró la toalla sobre la cabeza.

            —Hola, abuela. ¿Cómo te está tratando la lluvia? —Besé su rozagante mejilla.

            Arrugó su nariz al escuchar mi pregunta.

            —Mal. Este clima hace que me duela mis brazos.

            —Lo sé.

        —Gracias, por haber ido hasta el supermercado por mí —dije sonriente—. Tendré que prepararte algún postre.

            La abracé fuertemente como señal de que estaba contenta con lo que ella me estaba diciendo. Sus postres eran la gloria.

            —Sí, tienes que hacerme algo con mucho chocolate.

            —Tú y tu obsesión por el chocolate.

            —No te quejes, que eso lo heredé de ti —La solté.

            Mi celular sonó. Lo desbloqueé y vi en la pantalla que era una WhatsApp de mi amiga Fabiana.

            (Fabiana)Hola, nena.

        Antes de contestarle le pregunté a la abuela si podía pasar a su y sentarme living para poder contestarle a mi amiga, porque seguro que estaríamos mandándonos mensajes por un largo rato. Y no podría aguantar estar parada más tiempo. Obviamente me dijo que me pusiera cómoda donde quisiera, que mientras yo hablaba con mi amiga, ella iría hasta la cocina para hacerme un batido de frambuesa.

            (Aura) Hola, amiga.

            (Fabiana) ¿Cómo estás?

            (Aura) Muy bien, ¿y vos?

            (Fabiana) Bien. Me tenías muy abandonada.

            (Aura) No mientas.

            (Fabiana) No miento. Sabes que es verdad.

            (Aura) Bueno, si es verdad. Estuve ocupada.

            (Fabiana)¿Ocupada con algo o con alguien?

            (Aura) La escuela me mantiene ocupada. Y a vos también tendría  que tenerte así.

            (Fabiana) A mí me mantiene ocupada Bruno.

            (Aura) Me alegro que las cosas estén yendo bien.

            (Fabiana) Gracias. ¿Y tú tienes algo para contarme?

            (Aura) Estoy tratando de adelantar el trabajo de Filosofía, porque Derek está muy ocupado como para ayudarme. Y que me convertí en acosadora profesional.

            (Fabiana) Dile que vaya a tu casa, que pegue su trasero en una de tus sillas y te ayude.

            Creí que mis pulmones se me estaba por escapar de la risa que me causó leer es mensaje.

             (Aura) ¡JA JA JA! Tienes razón.

            (Fabiana) Lo sé. ¿Acosadora? ¿Qué hiciste?

            (Aura) Bueno…, acompañé a Joshua al estudio de baile de su tía. Y cuando llegamos Maco lo invitó a salir.

            (Fabiana) ¿Quién es Marco? ¿Y por qué invitó a mi chico?

            (Aura) Es un compañero de baile. Y él no es tu chico.

            Cierto que yo no le había comentado sobre el día que Joshua me llevó a bailar con su grupo de amigos. Y que uno de ellos me había confesado que gustaba un poco de él.

            (Fabiana) Es mi amigo, así que es mi chico. Aun no entiendo por qué los seguiste.

            (Aura) Es que quería asegurarme que fuera a la cita. Pero me fui después de que vi el beso.

            (Fabiana)¿Beso?

            (Aura) Sí. Marco lo besó y él quedó petrificado.

            (Fabiana) Dios mío.

            (Aura) Sabes… lo noté un poco extraño a Joshua.

            (Fabiana)¿Extraño?

            (Aura) No lo vi entusiasmado. El incluso después de romper con su novio estaba feliz y hablaba de muchachos. Pero desde que se cambió a nuestro colegio ya no lo hace.

            (Fabiana) Yo también lo noté. Pero debe ser por la presión que siente por adaptarse al nuevo colegio, nuevos compañeros y profesores. Y no nos olvidemos del equipo de futbol.

            Tal vez sea por eso. Seguramente me estoy preocupando de más.

            (Aura) Sí, debe ser eso.

            Hablaré con él.

            (Aura) Gracias

Para secar tus LágrimasWhere stories live. Discover now