06 de mayo

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Querido diario:

 Ay, Dios mío. Hoy me dieron unas ganas tremendas de arrastra a Sally de los pelos por los pasillos de todo el instituto. En un momento, estábamos todos mis compañeros de curso hablando porque nuestra profesora de filosofía no se había presentado a dar la clase, así que íbamos estar libres por dos horas y media. Te imaginaras lo felices que estábamos.

Pero de golpe, entra un profesor de gimnasia y pega en una de las paredes un cartel de convocatoria para el equipo de futbol de la escuela. Parece que les están haciendo falta algunos jugadores, porque no suelen hacer esto todos los años.

            —¿Harás la prueba para entrar al equipo?

            Le pregunté a Joshua, mientras releía el cartel.

            —Tal vez, sí. En mi otra escuela era el capitán del equipo.

            —Sería muy divertido verte jugar.

            —Sí, sería genial.

            —¿Tú… —Miró a mí amigo de forma despectiva—, en el equipo? ¿Es una broma?

            —Sí, yo —Él sonrió—. ¿Tiene algo de malo?

            Ella asintió.

            —Claro que sí.

            —Dime —dijo Joshua con tranquilidad.

            —No es que tenga nada contra los chicos como tú… —Ella murmuró

            —Pero tú piensas que es un deporte muy masculino para mí —Joshua la miro con una sonrisa.

            —Exacto.

            Conté hasta un millón para tranquilizar mi rabia y hablé:

            —Sally, él es libre de practicar el deporte que quiera.

            —Como tú digas…

            Ella se dio media vuelta y se fue caminando.

Para secar tus LágrimasWhere stories live. Discover now