❤️ Capítulo 10 🩹

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"El dolor es inevitable, pero el sufrimiento es opcional."

Cuando un amor termina nos defraudan o nos decepcionan, surge la tristeza y las reflexiones más profundas de la mente humana. Cuando nos traicionan vivimos un desamor que creíamos con futuro, nos hacen daño en el alma o, si la soledad nos abruma, el sufrimiento y la angustia se hacen dueños de nuestra personalidad, nos cambian, nos hacen madurar. Es entonces cuando la tristeza detiene nuestro tiempo para que pensemos en una persona, para recordar a un ser querido, a un fallecido... o simplemente para llorar.

Hay muchas etapas de la vida en las que estamos tristes. No obstante, el primer paso para superar un bache es reconocer que estás mal.

Es exactamente lo que pasó con Yibo...

Al principio se encerró en su cuarto, en su mundo, por su cabeza pasaba el " qué hice mal " junto con un rollo de película los momentos vividos con su ex pareja.

No comía, no dormía bien, solo salía de su habitación en las noches para tomar un baño e ir a hurtadillas al cuarto de sus hermanos para ver a la pequeña Mei, quien desde que pasó todo, solo llora pidiendo por sus padres. Cuando Yibo está de "buen humor" acepta los alimentos que su madre le lleva a su habitación y esa fue la rutina las tres semanas siguientes, hasta la pequeña Mei corrió desesperadamente hasta su habitación y empezó a tocar la puerta con un llanto desgarrador.

- Papi Ibo, papi Yi, papi Ibo - lloraba - Ven comio papi Ibo –

Dalú subió corriendo para poder calmar a su sobrina al ver que la niña había escapado de sus manos para correr y ver si su papito la dejaba entrar, la levantó - No quello papi Ibo, amo papi Ibo – la niña no dejaba de gritar y golpear el pecho de su tío mientras seguía repitiendo una y otra vez lo mismo.

El llanto de su pequeña suplicando por él, hizo que corazón su corazón doliera más, estaba a punto de tirarse al suelo a llorar por ser débil, por no ser el padre que su niña merece, se estaba tirando al abandono... pero la última frase "Amo papi Ibo" fue lo que hizo venir en sí.

Abrió la puerta encontrándose con su hermano que tenía en brazos a la pequeña - Aquí está papi Ibo, yo también te amo mi pequeña - la tomó en brazos mientras las lágrimas caían por su rostro incontrolablemente - Prometo que nunca más te dejaré... Perdóname mi princesa – suplicaba mientras repartía besitos en su cabeza y rostro de la pequeña.

Yibo pidió ayuda no solo familiar, sino también profesional para poder sobrellevar todo este dolor, para aprender a cargar con él y que no le vuelva a dañar.

Con el paso del tiempo aprendió. Yibo prefirió quedarse en casa de sus padres junto a su hija, ya que ahora él se encargaría de trabajar y hacer su tan ansiada maestría que lo ayudaría para seguir escalando profesionalmente. Ambos siempre tuvieron la ayuda de la familia Xiao, obvio que permaneció en la empresa. La Familia Xiao no lo dejaría desprotegido, sobre todo a su nieta.

Una vez conseguida su maestría, el señor Xiao lo ascendió como Director de Xiao's Technology Group todo ganado con sus esfuerzos, la pequeña Mei crecía amada, mimada por todos, por ambas familias.

Yibo decidió alquilar el departamento que eran de ambos, no quería estar o pisar ese lugar nunca más.

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- ¿Aún no lo encuentran? - Xiao Hao tiró el informe al escritorio, se le notaba completamente frustrado.

- No señor aún nada, se ha sabido ocultar bien - respondió el detective.

El amor no es como lo pintan - ƶɦαɳყเWhere stories live. Discover now