UNA HISTORIA JAMAS CONTADA PARTE 2(2/2)

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Es corto el capítulo prometo hacer el próximo más largó.

La novia rebelde del demonio

Muerte de Lea y Lae

Parte 2/2

ABIMALEC

—Creo que los malos hábitos los heredaste de mí, tu padre estaría verde de coraje.

—Hola madre, me alegro que estes de buen humor.

—Supongo que vienes a pedirme algo, ya que hasta ahora te dignas a venir a mí.

—Eres un demonio ahora.

—Aun asi sigo siendo la mujer que te tuvo, ¿sigues encantado con la flacucha?

—Su nombre es Adiria –le corrigió enojado– ¿vamos a empezar a pelear?

—Yo no estoy peleando. –Vio a su madre hacer un mohín– sabes, si fueras un niño, estarías pegado a mi falda llorando porque no te dejara.

—Bueno, he crecido y no necesito que me trates como un mocoso.

—Está bien, ¿Qué quieres? –Los ojos castaños de su madre brillaban con diversión– ¿Por qué tienes la esencia de dos demonios en esos frascos? ¿Acaso piensas revivirlos?

—Necesito que tu lo hagas, yo no puedo si quiero mantenerme como líder de los ángeles y arcángeles.

—¿Yo? ¿Por qué debería hacerlo? –Se rio su madre que estaba tomando una copa de sangre– ¿acaso me importa la vida de cualquier demonio?

—Por favor, madre no hagas un enredo.

—Sabes, ese carácter horrible lo heredaste de tu padre. –Ella hizo una mueca– asi que la hembra demonio murió y está haciendo una rabieta... –Su madre miraba uno de los frascos– lo hare, pero las cosas seguirán iguales, él no puede renunciar a su posición, no lo tiene permitido.

—Se que Jeliel está atado al cielo.

—Bien, dile a tu sirvienta que le muestre unos de los libros prohibidos a tu hijo ahí hay un encantamiento para que él las regrese a la vida, aunque no estoy muy segura de si tomaran parte de Aiden.

—¿A qué te refieres?

—Regresar a la vida no es tan sencillo, el que lo hace siempre deja una parte de si mismo en lo que quiere regresar a la vida, aunque no es nada tan grabe.

—¿Esta segura? No quiero que le pase nada a Aiden.

—No soy un monstruo, y no miento, además, Jeliel es mi hijo y esto seria una forma de darle algo por lo que le hice.

—Atarlo al cielo fue tu mayor error, un error que no se puede remediar.

—Bueno, todos cometemos errores.

—Ambos sabemos que atarnos al cielo fue tu forma de impedir que cayéramos del cielo.

—Ni se te ocurra intentarlo, Abimalec. –La furia ardía en los ojos de su madre–¿o acaso quieres que vuelva al cielo y destruya todo?

—Ellos no tienen culpa de tus motivos.

—Oh querido, los ángeles no son ni mejores que los demonios, todos nos corrompemos en algún momento de nuestras vidas. Es mejor que te vayas y jamás vuelvas.

—Gracias.

Su madre los desplazo al cielo, mando a llamar a Sitael para darle los frascos, esperaba que Aiden lograra revivir a los demonios.

Sitael entraba en el estudio cargando un montón de hojas, la escucho murmurar antes de dejar todo el fajo de hojas, el ruido que causaban las hojas de papel amatista irrumpía el silencio del estudio, la observo tallarse la espalda mientras murmuraba entre labios, aquello le causaba risa ya que a joven concejal estaba siendo instruida por Adiria... quería verla... oh deseaba verla con cada fibra de su cuerpo, pero no le estaba permitido. Ser el líder conllevaba muchos sacrificios, no poder estar con Adiria era una de ellos.

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