Hex

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Momentos no visto de Hex. Cuando conoce a hope.

- ¿No vas a conocerla? -pregunto mariketa- es una hermosura, hex.

Hizo una mueca, la verdad había sido un hijo de puta con darrow y su hermano tenía todo el derecho de estar enojado con él.

No le gustaban las humanas pero tenía que aceptar que Darrow estaba enamorado de una sencilla humana con una lijera esencia de Ángel.

Intento ignorar a mariketa quien estaba cruzada de brazos frente a él en la playa de Alabama. Los lentes de sol le fueron arrancados y unos ojos violetas furiosos le miraban.

- ¿Qué quieres que haga? -dijo molesto-

- Que vayas a conocer a tu sobrina, Hope es una cosita hermosa la vas a adorar.

Hizo una mueca, ¿tenía cara de amar a pequeños escorias? El detestaba a los mocosos como esos, tanto humanos como demonios. Irritables que sólo sabían llorar y ser sucios.

- Estoy peleado con Darrow y lirrazt.

Una bola narajanga le dio en la cara, gruñó molesto y con una mano agarró la pelota y la reventó al enterrarle las uñas.

- hazle caso a tu madre -señaló Mariketa- o atente a las consecuencias.

Alzó una ceja retandola a que se atreviera hacerlo. Primer error. Ella le agarró  del pene eso le hizo encogerse de dolor, logró levantarse aun con mariketa apretandole los huevos y la polla.

- ¿vas a ir, cielo? -La forma cariñosa en que lo dijo le hizo temblar-

- Si... ahora sueltame a los mini Hex -pidió con voz rota- Mamá...

- Oh lo se cielo, no me fijé que estaba apretando...

Aja, se alejó de ella rápido como unos tres metros. Sintiéndose a salvo de las manos femeninas se dignó a decir.

- ¿Si voy, vas a dejar de amenazar mis bolas y polla?

- No, esa amenaza seguirá en pie cada vez que te portes mal.

- Bien, ya lo sabía sólo quería rectificar el tema.

Unos humanos miraron con lascivia a mariketa que estaba en un traje de baño muy diminuto que no dejaba mucho a la imaginación masculina.

Le gruñó al imbécil que le lanzó un piropo a su madre y luego camino hacia el Humano, Mariketa se interpuso en su camino.

- Ignorarlo tesoro, ahora ve con tu hermano.

La miro enojado.

- Ponte más ropa, odio que otros te miren.

- ¡Pero si estoy bien cubierta! Así como voy a conseguir novio si...

- Ni de coña aceptó otro hombre en tu Vida, quédate en celibato toda la vida y tapaté. -hizo aparecer una toalla y con ella la tapó toda- así esta mejor, pechos, nalgas y... ya sabes, todo bien cubierto.

- Bien, eres igual a darrow. Al paso que voy tendré telarañas ahí abajo.

Que asco, la sola idea de ver a mariketa con otros ojos fue devastador. Tampoco podía verla con otro hombre, los celos lo inundaban, era muy celoso con ella.

- Tapadita te vez mejor y así no hay nadie muerto.

Le besó la mejilla y destello aún estando en bermudas apareció en la casa de su hermano. Camino por el pasillo como si fuera el amo y señor de la casa, saludo a las demonios que atendían la casa de su hermano.

- ¿Dónde está Darrow? -pregunto a Gill-

- El amo esta con su esposa en su recámara.

Se apresuró a las escaleras de caracol y fue subiendo de dos en dos, al llegar al final se rasco la cabeza. Camino despreocupadamente, se vio en un espejo, maldición el tinte estaba desapareciendo; tenía casi el cabello  plateado y no le gustaba en lo absoluto.

Trono los dedos y el color de su cabello volvió hacer rubio castaño, ya con eso dio unos cuantos pasos más para llegar a la recámara de Darrow.

Abrió sin pedir permiso, sabía que su adorado hermano ya se había dado cuenta de su presencia. La humana fue la Primera en verlo y casi, casi morir de miedo.

La mirada amenazadora de Darrow lo detuvo a reírse de la humana. Debía sentirse mal por haber matado a feto del embarazo anterior pero no lo hacía, no iba a negar que lo disfruto. Ahora era débil humana es parte de su familia quisiera o no, alzo la mano en son de rendición y de paz.

- No vengo a que me partas la cara -sonrió- la luz del cielo me pidió que conociera a una cuarta parte de tu salida del interior de esta... dijo de tu esposa.

Vio como el bulto de entre los brazos de la chica rubia comenzó a moverse, una cabecita con cabello negro todo alboroto y unos preciosos ojos violetas lo miraron para luego sonreirle mostabdo así un colmillito.

Hope no debia tener más de ocho meses pero como todo bebé demonios, crecían rápidos.

Un grito de alegría provino de la bola de sábanas, la vio discutir por salir de las sabanas hasta que logró salirse y gatear por la cama hasta la orilla, la bola de demonio le lanzó los brazos.

Como si fuera el mismo diablo, cosa irónica porque él era hijo del mismo fue hasta la pequeña y con cuidado la cargo.

Ella le abrazo como si lo conociera y joder eso le hablando las bolas.

- ¿Te gusta morderme verdad? -La alejó de su hombro derecho-

Tres horas con esa bola de cabello alborotado le hizo amarla y si quererla significaba aceptar a la madre tenía que hacerlo, se lo debia a darrow.

No había otra forma. Bola de cabello alborotado le ganó el corazón.

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