Extras y especiales (saga Evil)

situaciones familiares.

Especial y escena eliminada de la ODDM.

Contó hasta tres hasta que la pulgosa de su hija abrió la puerta, eso era de todo los días, Alanna se trepo por su espalda como si fuera una montaña, pero su hija se movía con la destreza de un elefante.

El aliento cálido le hizo cosquillas, su pequeña fénix le sopló en el oído.

— ¡Vamos! Muero por comer esos ricos panqueques que hizo mamá –gimoteo su hija– ¡vamos papá!

Enterró más la cara sobre la almohada, movió el brazo para empujar a esa garrapata a un lado y luego el se giró hacia ella para ahogarla con su misma almohada.

— Tu vives de panqueques y yo de fo... Dormir –se corrigió, era difícil cambiar el vocabulario vulgar de un demonio soltero y sádico a uno familiar donde la que mandaba ahí era la fiera de su mujer– alegate de mi panquecina.

Riendo logró tirar a su hija de diez años al suelo, se levanto y fue al baño a orinar gracias al santísimo infierno que la garrapata no entraba a ese santuario, se lavó las manos y lo dientes, las salir una chiquilla escuálida se le lanzó encima.

Logró atraparla y hacerle maldad, le dio un par de nalgadas.

— Anda ve a ponerte una ropa decente, esa falda está muy corta y una blusa más entera.

— ¡Pero si la falda me queda hasta la rodilla y no enseño nada con la blusa! –protesto Alanna– mamá dice que está bien.

No señores nadie en su daño juicio miraría a su hija de otra forma nada más como la hija del maldito demonio sádico que era, su hija iba a vivir en castidad toda su vida mientras el viviera.

— Yo la veo muy corta, es mejor hasta los tobillos y una blusa más grande –miro a su hija– quizás un traje de monja...

Recibió un golpe y se rio, le beso la frente y la empujo a que salieran de la recámara. bajaron las escaleras su garrapata le estaba contando sobre su destrezas en la escuela.

— Así que me enoje y le di donde más le duelen a los hombres...

— Debiste dejarlo sin huevos, así aprenderá a no subestimarte.

— Buena idea –los dos chocaron palmas– pero citaron a mamá a la escuela.

— Reza para que no se enoje tu madre, yo soy libre de culpa.

— Pero si tu me dices que hacer –refunfuño su hija– se lo diré a mamá.

— ¿Te doy cincuenta dolores y no le dices nada? –le dijo antes de doblar hacia la cocina–

— Cien y no dijo nada.

— Va –sacó la billetera y le tendió el billete de cien dólares– haz hecho trato con demonio.

Entraron a la cocina, su esposa estaba cocinando y se veía caliente con ese pantalón ajustado que resaltaba su sexy trasero, la deseaba cada maldito segundo.

— Hex, Hazle la mamila a Abdel.

Y como odiaba hacer eso, suspiro. Fue hacia la lacera sacó el sobré de leche en polvo, sacó de los cajones de un costado de él un biberón, lo lleno de agua tibia y puso unas cuantas cucharadas de leche la tapó y movió de arriba abajo, fue hasta la silla de bebé donde su bola estaba llorando.

— Ten bola –le puso el biberón en las manos– hoy tu padre ha sido torturado.

Fue y le preparó un tazón de cereal a Alanna de su cereal preferido, le puso la cantidad justa de leche que a su hija le gustaba de sabor fresa, puso dos trozos de fresa con chocolate y lo dejo en la mesa que había en la cocina.