Extras y especiales (saga Evil)

Un adios

Escena omitida en el próximo capítulo. Muchas quieren Kai y Klaus 7u7 muaja esto es como un regalo no es capítulo.

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Estaba acostumbrada a los castigos, acostumbrada a ser un esclava casi toda su vida.

Todavía tenía pesadillas cada noche recordando las constantes torturas de Halk, el miedo a que fuera su último día viva, el miedo a no saber que le haría al día siguiente.

Halk era experto en tortura mental como física, sabía donde golpear para que su presa acabara llorando y suplicando misericordia que nunca habría al igual que la muerte.

No tenía fuerzas hacia mucho tiempo que había perdido la esperanza de poder ser libre, de tener una vida propia, de amar y ser amada. Anhelaba la muerte más que a nada, la ducha de ya no sentir más dolor nunca más porque para ella eso vendría siendo la libertad.

Había recordado su pasado de niña, Klaus. La fuente de su dolor emocional, él que la tenía en carne viva por dentro.  

Se quitó la blusa y le dio la espalda, camino hasta donde estaban las cadenas para ponérselas ella misma.

— ¿Qué estas haciendo? –el tono de su voz le hizo temblar–

— creo que es obvio, mi señor –respondió.

Tembló cuando una fría mano se coló sobre su espalda baja y camino hasta su cadera donde apretó con algo de fuerza.

— Sabes que no te haré nada –una notaba baja cerca de su oído, Klaus estaba muy cerca de ella, podía sentir el calor de su cuerpo contra su propio calor– así que deja esas cadenas.

— Acepte el castigo helena, creo recordar que son cien latigazos.

El contacto se perdió y ella se sintió vacía, siempre le había gustado su contando, que él le daba o le había dado tiempo atrás cuando se conocieron por primera vez.

— ¿Eso es lo que quieres? –el filo de su voz le recordó que él no era cualquier demonio–

— Si. Es lo único que siempre he tenido –susurro, aún seguía dándole la espalda–

— has rechazado todo lo que eh intentado darte, ¿porqué?

— No recordaba, se me hacia extraño que un amo trate bien a una puta esclava.

— No vuelvas a referirte como una puta –gruño Klaus–

Puta no, pero si esclava. Sonrió amargamente en su interior.

— Eso es lo que soy,  si no quieres que lo sea, mátame.

Jadeo cuando sus pechos tocaron el frío de la pared, comenzó a respirar rápido por el miedo pero sabía que él jamás le pondría un dedo encima pero si sabía que los actos de él la herían peor que un golpe físico.

— No. Jamás lo haría aunque me lo suplicarás.

Quería llorar, se mordió el labio inferior para evitar un sollozo, desearía que él la abrazara como lo hizo una vez tanto tiempo atrás.

— ¿porqué no lo hiciste? No me conocías –se lamió los labios resecos– al final me dejasteis sin mirar atrás.

— Lo hice por tu bien, lo sabes muy bien. –Klaus le beso el hombro desnudo– No iba a dejar que murieras, querías estar con tu familia.

— Tu te habías vuelto mi familia pero no te importo, no estuve y nunca estaré a su nivel mi señor.

— Tonterías, este tema está no está para debatir –el volvía a alejarse de ella–  ¿Hex te toco?