Juego de demonios.

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Pete 3/3.

— Me sorprende que un ángel como tu, este aquí.

Aquella voz siempre le decía lo mismo, ella no levantaba la vista del mar de imágenes que se plasmaban frente a ella sobre el cristal. No sabía porque estaba ahí, ni cual era su nombre... Claro si, su nombre era Faith... Pero las demás cosas no, no había nada.

Sólo podía llorar por que su alma lo pedía, lo cantaba y lo suplicaba, sólo hacia que la herida de emociones se abriera más, más y más.

— Levántate. –Ordeno aquella voz viril, diferente a las dos únicas voces que conocía sin contar la suya propia–

Sólo gimió ante otra ola de dolor emocional, las lágrimas caían como richuelo sobre sus mejillas hasta caer a su pecho; sus lágrimas quemaban, ardían como el mismo fuego que la rodeaba en aquel lugar. Sintió una calidez, no dolorosa sino reconfortante, aquel contacto apaciguo su dolor.

— ¿No querrás que me enoje? Así que levántate.

No podía, no lo merecía... Pero fue levantada con algo de brusquedad, gimió, sus lágrimas empezaron a arder más... Escucho un suspiro y luego algo le limpiaba las lágrimas con un pañuelo de color rojo vino.

— No soy amable con nadie, pero tu dolor me irrita y hace que los demás sufran el cambio en este lugar.

Volteo a ver al dueño de esa voz, cabello plateado y corto hasta los hombros, ojos verdes o azules, no podía decir que color predominaba más porque aquello ojos eran una mezcla de esos dos colores, labios carnosos, nariz perfilada y unos rasgos cincelados, él hombre era hermoso.

— ¿Vas a golpearme?

El hombre sonrió, eso lo hacia ver más guapo.

— No, Faith. No voy a golpearte.

Parpadeo, ¿Entonces que le haría? No conocía nada más que los golpes... ¿eso era el amor? ¿No? Los dos se quedaron mirando hasta que ese hombre le dio un empujón para que comenzara a caminar hacia la salida de esa cueva, dejar la cueva...

— No... –Intentó detenerse de caminar pero ese hombre ejercía cierto control sobre ella– no...

— Escucha, tengo poca tolerancia sobre las emociones buenas, soy del "voy a matarte cuando me canse de joderte la puta vida" ¿Lo entiendes?

Negó. No sabía a que se refería.

— Esto apesta.

Olió, sólo podía oler el azufre, el aroma característico del infierno.

— No huelo nada... Sólo azufre. –Digo confusa–

El hombre negó moviendo la cabeza de un lado a otro, luego le indico que siguiera caminando.

— Tu poco conocimiento sobre las cosas es asqueroso, eso pasa cuando los ángeles equivocados caen. –Le escucho decir– vamos hacer esto, tu irás conmigo y dejarás de llorar.

— ¿Porqué? –Pregunto–

— Porque los ángeles de luz causan una jodida hernia en mi.

— ¿Hernia?

— Olvídalo, digamos que tu tristeza repercute en mi reino y así, mis demonios no pueden trabajar.

— Lo siento. –Se disculpó– pero deje de ser....

— Aunque te hayan arrebatado tus alas, tu sangre y alma siguen siendo lo que eres, nada puede cambiar lo que eres.

— Yo... ¿porqué no me castigas?

Extras y especiales (saga Evil) Where stories live. Discover now