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- ¿Y si nos lo comemos? -decía su gemela.
-Es una cría de Ángel... -Informaba Khumel cargando al bebé.
-Son ricos -Volvia a decir su gemela, ella sólo miraba al bebé con curiosidad mientras Khumel lo sostenía entre sus brazos.
-Hay que regresarlo. -Sugirió, los Ángeles eran sus enemigos.
Khumel alzaba a la cría de Ángel para mirarlo bien.
-Podemos usarlo para nuestro beneficio.
- ¿nuestro beneficio? -Preguntaba su gemela que iba varios pasos a delante de ella y Khumel.- ¿lo vamos a engordar y a comerlo después entre todos?
Ella miró al bebé, no se le antojaba comérselo.
- No nos lo vamos a comer. -Decía Khul que sonreía extrañamente- Podemos ponerlo en contra de los Ángeles...
-Nos puede traicionar. -replicó ella- al final va a defender a su raza.
Su líder la miraba para después cerrar los ojos unos segundos.
-Entonces nos no sirve.
La cría de Ángel fue dejada en la tierra humedad del bosque sangriento, las tres siguieron caminando dejando a atrás a la pequeña cosa. Pero se seguía preguntando, ¿dónde estaban los padres? Quizás estuvieran muertos, lo más seguro. Esquivo una rama de un árbol danzante, el aire espeso y húmedo le indicaban que estaban cerca del lugar, las tres caminaban lo más silenciosas posibles, este lugar estaba lleno de trampas hechas por los Ángeles, un paso en falso y estarían nítidamente heridas.
-Sigo pensando que hubiera sido mejor habérnoslo comido.
-Sólo hubiera aumentado nuestra hambre, realmente comer una cría no me satisface el hambre.
- Son bonitos... -Dijo ella riendo- los he comido y no son mi platillo fuerte, prefiero comerme un vacur.
-Lo que pasa. -Su gemela se giraba para mirarla- ustedes no tienen un buen estómago. Lo que me gusta de las crías es sus cráneos son ideales para adornar la casa o hacer conjuros.
-Tengo mejor gustó que tú. -Replicó airadamente- La envidia no te deja...
Se detuvo, a lo lejos podía escuchar el silbido del viento siendo cortado, todos sus sentidos se pusieron en alerta, algo de avecinaba hacia ellas con velocidad... la primera flecha perforó la tierra a uno metros de distancia de ella.
-Parece ser que no fuimos muy sigilosas... -Murmuraba Lae- ¿Debemos atacar?
-Seria lo correcto. -Respondía ella, miró las docenas de flechas que se acercaban hacia donde estaban- ¿Que dices Khumel?