Ese Estratega De Apoyo

Ascenso

Midoriya dobló su camisa y la dejó en su equipaje. Su teléfono estaba presionado entre su hombro y su oreja. "Sí mamá, traeré calcetines extra y Mei-chan mejoró mi armadura. La Comisión de Seguridad Pública de Héroes es la que patrocina el viaje. Estaremos en la isla de Nabu, donde hay una tasa de criminalidad muy baja. Incluso uno de nuestros senpai se va".

"Está bien, eso me hace sentir mejor. Solo mantente a salvo y diviértete en tu viaje", respondió ella.

"¡Voy a prometer!" dijo, cerrando la cremallera de su bolso. "Y cuando regresemos, traeré a Shouto, Tenya, Hitoshi y Denki".

"¡Estoy deseando que llegue! Te amo."

"Yo también te amo, mamá".

Después de colgar el teléfono, Midoriya guardó el dispositivo en su bolsillo. No podía decirle que Maijima-sensei quería ir con ellos. Con el reciente ataque de la Liga de Villanos y los motivos desconocidos, todos en la escuela estaban nerviosos, pero la Comisión de Seguridad Pública de los Héroes pensó que era mejor que todos aprendieran a ser autosuficientes en un entorno seguro. No había forma de que la Liga supiera a dónde iban, o que Midoriya estaría allí.

Con uno de los tres grandes, y posiblemente el hijo de All Might, Togata-senpai, Midoriya apartó cualquier preocupación de su mente. Esta fue una oportunidad de ver de lo que todos eran capaces. Iba a llenar todo su cuaderno, tal vez dos.

Midoriya se fue y tomó el ascensor hasta la habitación de Mei. Justo cuando estaba a punto de llamar, un estruendo sacudió la puerta seguido de un boom familiar.

"¿Estás bien ahí dentro?" llamó Midoriya.

"Sí", ella tosió. La puerta se abrió un segundo después y apareció Mei, su cabello rosado cubierto de hollín. "¡Mi bebé está un poco temperamental, pero todos estarán en plena forma cuando lleguemos a la isla!" Su sonrisa era amplia.

"¿Vas a trabajar en ellos en el viaje en bote?"

"¡Por supuesto! Maijima-sensei me mostró adónde podía ir. Hay un taller especial para mis bebés".

Era tranquilizador saber que ninguna explosión perdida hundiría el barco. No en el corto plazo, al menos. Cerca de tres cajas estaban empacadas mientras el resto de sus bebés yacían esparcidos sobre su cama y mesa de trabajo. No se veía como si hubiera recordado poner su ropa en una bolsa. Midoriya dejó escapar un pequeño suspiro, buscando su maleta. El rosa descolorido estaba cubierto de manchas de aceite. Era el mismo que usó cuando se mudaron.

"Voy a empezar a empacar tus cosas. ¿Tenías algo específico que quisieras usar? preguntó, abriendo su segundo cajón. La parte superior sin duda estaba llena de prendas que ella misma querría empacar.

"Nada agradable. Voy a estar trabajando, así que toma lo que parezca usado", dijo sin levantar la vista de su banco de trabajo.

Había dos camisas de vestir bien planchadas y su uniforme escolar en el lado izquierdo del cajón y luego había camisetas y camisetas sin mangas, negras para ocultar las manchas permanentes. Luego hubo algunos pantalones cortos deportivos, overoles, pantalones de pijama.

"Empaqué todo excepto tus, um... ya sabes, artículos personales..." dijo, frotándose la nuca.

Ella frunció el ceño. "¿Eh? ¡Vaya! ¿Te refieres a mi ropa interior? Está en el cajón de arriba.

Midoriya palideció. "¿Qué?"

"La parte superior-"

"No, no vas a hacerlo, ¿sabes?"

"Izuku, estoy hasta el codo en aceite y mugre en este momento. Para cuando termine con mis bebés y me duche, estaré tan ocupada pensando en mis bebés que no me acordaré de empacar. Pero me he ido sin antes, así que no necesito...