Mi único pecado, fue quererte.

Capítulo 6

Mientras se encontraba Sofía y Jorge, estudiando para los exámenes finales, llegan a la biblioteca los amigos de Sofía.

— Hey, hola chicos, ¿cómo les va? — Saluda Hernán al abrir la puerta de la sala de estudio.

— ¿Y ustedes que hacen aquí? — pregunta de manera alegre Sofía.

— En realidad veníamos a preguntarle a Jorge, si nos daba tutorías — dice Triny.

— Si amigo, estamos a un paso de reprobar el año, queremos que hagas con nosotros, lo que has logrado con Sofí — dice de manera graciosa Hernán.

Jorge se acomoda los lentes de lectura y nuevamente su expresión era fría y sin emoción.

— Sofía comenzó a estudiar conmigo casi a inicios de este semestre, no pueden esperar lograr lo que ella consiguió con meses de estudios.

— Si viejo, pero a Sofí le costaba un poquito más, nosotros estaremos bien con unas cuantas clases.

— Por favor, solo ayúdanos en lo que se pueda — suplica Triny.

Jorge mira a Sofía para preguntar.

— ¿Tú qué dices? ¿Te molesta compartir con tus amigos tus horas de tutoría?

— Para nada — responde sonriente.

El grupo de dos, paso a ser de cuatro integrantes, y a pesar de que Jorge trataba de explicar pacientemente las materias que para Sofía ya no eran desconocidas, él volvía a tener esa actitud de desespero, ya que sus compañeros no entendían lo que hablaba, así que, en varias oportunidades, se sacaba los lentes y se frotaba los ojos.

Al terminar las tutorías, Sofía manejaba su automóvil para llevar a Jorge a su departamento, así que en privacidad le pregunta.

— ¿Le ves posibilidades a los muchachos de pasar este año?

— Ninguna.

— ¿Tan drástica es tu respuesta?

— Así es, están igual que tú cuando recién llegaste conmigo, no sé cómo serán sus calificaciones, pero no tienen bases teóricas, es enseñarles lo básico, ahora que estamos terminando el año.

— Me preocupo por ellos, si reprueban, ya no los veré tan seguido.

— Preocúpate por ti, ellos tomaron su decisión y ya a estas alturas, no puedo obrar milagros

En las tardes de tutoría, Sofía se dio cuenta de que Jorge tenía toda la razón, sus amigos estaban muy atrasados en las asignaturas, que incluso ella comenzó a ayudarles en las tutorías, pero Jorge le detenía y le insistía en que continué con su propio estudio.

Al poco tiempo, Triny abandonó las tutorías de las tardes y Hernán al poco tiempo después la siguió.

Pronto llegaron los exámenes y Sofía estaba calmada al rendirlas. Seguía siendo Jorge el primero en entregar sus exámenes, pero la que le seguía, ahora, era Sofía.

— ¿Cómo te fue? — Pregunta Jorge que la estaba esperando afuera de la sala.

— Creo que bien, pero no quiero pensar en eso o estaré preocupada. Vamos por un café.

— Bien vamos, aún nos queda tiempo hasta el próximo examen.

Ambos se marchan en dirección a la cafetería, mientras volvían a hablar sobre cualquier cosa, ya que siempre lo hacían de manera jocosa.

Ya las rondas de exámenes terminaron y los resultados fueron entregados. Sofía en varias asignaturas logró 10, y otras cuantas 9 y 8, pero a pesar de esto, tenía que rendir un examen libre, puesto que, por sus anteriores calificaciones, aún seguía reprobando una asignatura que la haría repetir el año.