Capítulo 40

795 63 0
                                    

Para que Sofía pueda ir tranquilamente al gimnasio, le había pedido a Carlos que la acompañe, ya que todas las tardes Jorge estaba ahí, y encontraba injusto tener que ir a otro sitio, solo porque su ex podía seguirla.

Carlos se encontraba en la bicicleta ejercitándose, sudando y agotado después de 20 minutos, por el hecho de que él odiaba la actividad física.

— Ay mujer. No sé cuánto tiempo más poder aguantar esto — jadeaba Carlos, con sus lentes que estaban a punto de caer de su nariz.

— ¡Ánimo!, esto no te matará. Además, que a tu novia le gustará el cuerpo que tendrás, después de unos meses.

Ambos se habían puesto de acuerdo para hablar como si se tratara de ellos, pero en realidad hablaban de Marco y Carlos como pareja, de esa manera, Jorge no se enteraría de lo que estaba pasando, al escuchar su conversación.

— A mi novia, realmente no le debería importar eso. Se enamoró de mi gran personalidad. — comienza a reír Carlos, que cada vez pedaleaba menos.

— Se enamoró, porque una gran persona los unió, solo por eso. — Reía también Sofía, mientras le entregaba una botella de agua.

Jorge odiaba escucharlos y sobre todo, odiaba esa cercanía que tenían, pero no podía hacer nada. Por momentos, pensaba que la relación con Sofía estaba perdida, pero mientras no estuviera casada por su voluntad, seguiría incomodándola para recuperarla.

Cuando los amigos se marchan y suben al vehículo de Carlos, quien ese día llevó a Sofía al trabajo, por tener su fiesta de pijama la noche anterior, vieron bajar a Jorge también a los estacionamientos. El verlos, reír y tener un ambiente de complicidad como novios, hacían que la tristeza de Jorge se reflejaba en su rostro, era evidente que le afectaba.

— Sofí... ¿Viste a Jorge como estaba en los estacionamientos? — pregunta Carlos al conducir.

— No me digas que ahora te da pena. — responde molesta Sofía.

— De hecho, sí. Es que no quiero incomodarte, pero no crees que si esto fuera mentira, ¿seguiría insistiendo tanto? Ya están pasando casi 2 meses desde que ingresó a la compañía, y te sigue pacientemente, a pesar de tu negativa.

— No sé de qué lado te colocas tú

— Del tuyo... pero, da para pensar. A mí no me negarás que lo sigues queriendo, ¿por qué no te entregas ya al sentimiento? Ya han pasado mucho tiempo separados, ¿para qué seguir aumentando días a esto?

— Corta con eso. Esto no se va a solucionar así.

— Si quieres hacerlo sufrir por abandonarte, está bien. Pero dale un respiro de vez en cuando, o lo perderás.

— ¿Perder? Eso es lo que quiero.

— Con total honestidad. ¿Estarás dispuesta a verlo con otra mujer, que haga su vida y tenga hijos?

Sofía no responde, porque no quería pensar en eso. De solo tener esa imagen mental de Jorge con otra mujer la destruiría, e inmediatamente la preocupación la invadió, porque aún no estaba lista para soltarlo.

— Ya en su oportunidad creí que estaría con otra mujer, no cambia mucho a lo que pienso ahora — contesta Sofía desanimada.

— Eso lo dices porque no lo has visto, pero pasará. Algunas chicas en la empresa le están coqueteando, un hombre despechado cae rápido ante eso, te lo digo yo, que sé de lo que hablo.

— Bueno, que lo haga. Yo ahora te tengo a ti, y contigo me casaré. Tendremos fiesta todas las noches. — ríe Sofía para cortar aquella conversación.

Mi único pecado, fue quererte.Where stories live. Discover now