Capítulo 10

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Ya el primer semestre terminaba, y todos los estudiantes tenían una semana de descanso, antes de iniciar el segundo semestre. Sofía y Jorge, como era de esperar, obtuvieron calificaciones excelentes.

Ninguno volvió a hablar de lo ocurrido en el Club Habana, pensando que eso quedó, solo en su imaginación y que no fue importante para el otro.

En estas pequeñas vacaciones, Jorge seguía practicando conducción para sacar la licencia de conducir. Ya tenía aprobada la prueba escrita, solo le faltaba presentar la prueba técnica.

— Cada vez conduces mejor, me siento relajada al ir contigo — comenta Sofía, sentada en el asiento del copiloto.

Jorge conducía por el centro de la ciudad, mientras escuchaban música y charlaban.

— Sí, me gusta manejar, no era tan difícil como lo imaginé. — Comenta Jorge, reproduciendo otra canción en el deportivo, que vinculó con la lista de canciones de su celular.

— Cuando tengas tu licencia, ahora me llevarás.

— Acaso ¿Quieres que sea tu chófer?

— Sí... y quiero que me enseñes a bailar también. — Sofía ríe.

— Bueno, si esta tarde logro obtener la licencia, salgamos esta noche y te enseño a bailar. — Se reproduce una nueva canción, a lo que Jorge, guarda silencio.

— Sí... será muy divertido, la noche cubana fue increíble. — volvía a reír Sofía.

Ella nota que Jorge no le respondía y tenía un leve rubor en las mejillas, no entendía qué pasaba, hasta que escucho la canción que se estaba reproduciendo.

De la lista de reproducción de música de los 80, se escucha "Uptown Girl" de Billy Joel, que habla de un chico de barrio, que se enamora de una mujer de la alta sociedad. En ese momento, nuevamente el ambiente se volvió tenso, pero Sofía pensaba.

~Ya hemos escuchado esta canción antes, pero ¿por qué ahora es incómodo?

Ya por la tarde, Jorge logra aprobar el examen de manejo, y recibió su licencia.

— Genial, ahora te llevarás mi auto y me pasas a recoger a las 21 horas. — dice Sofía, entregándole sus llaves.

— ¿Me pasarás tu deportivo?

— Claro, y me llevarás a un lugar donde podamos bailar para celebrar.

Esa noche, Sofía se preparó, deseaba verse hermosa, ya que debía aclarar sus pensamientos con respecto a Jorge, y esa noche le ayudaría a hacerlo. Mira por la ventana, al ver la llegada del deportivo, así que baja por las escaleras. Cuando ingresa al deportivo, ve que Jorge estaba vestido con una camisa blanca con adornos azules, que le hacía verse muy bien.

Jorge la llevó a un Bar con pista de baile de música caribeña, así podría practicar distintos estilos.

Pidieron bebidas y una tabla de acompañamiento, mientras charlaban y miraban a los que bailaban en la pista.

— No es tan difícil bailar, casi todos estos ritmos se parecen — comenta Jorge — Algunos son más rápidos que otros, algunos son más cercanos y otros más alejados en la pareja, solo tienen pequeñas variaciones, pero en las mujeres es sencillo, solo debes mover las caderas.

— Y si, ¿en alguna parte nos quedamos estáticos?

— Solo mueves las caderas. Por lo general es el hombre el que guía, tú solo déjate llevar. Por eso se conocen cómo bailes calientes.

Sofía toma un sorbo de su bebida y ve que el ambiente era muy animado, casi todos acudían al lugar para bailar.

— Este sitio es muy amplio, no lo conocía, ¿alguna vez viniste aquí? — pregunta Sofía.

— Nunca, lo vi por internet

Al ver sonreír a Jorge, volvía a agitar el corazón de Sofía. Nunca le había visto algo distinto a un amigo o un tutor, pero ahora era muy distinto, nacía en ella querer ser algo más.

— Vamos a bailar — invita Jorge.

Ambos se levantan y se dirigen a la pista. Comienza a sonar un merengue, a lo que Jorge, nuevamente la guía, y Sofía trataba de no pensar mucho, solo dejaba que le llevaran, a lo que realmente de esa manera era muy fácil.

Bailaron así cumbias, salsas y mambos. Al sonar una bachata, Jorge la acerca, uniendo su cuerpo al de él, lo que hizo que Sofía se sintiera avergonzada.

— Tranquila, tienes que relajarte o nos harás tropezar — reía Jorge, al notar la rigidez de su compañera.

Aunque Jorge digiera eso, Sofía creía que no estaba preparada para bailar algo cercano aún. Sentía como la pelvis de su compañero, se frotaba con la suya, y al hacer giros, tenía que poner su pierna entre las piernas de Jorge. Su corazón comenzó a enloquecer, no podía controlar esas sensaciones que se acumulaban en su vientre y que la volvía débil. Levanta la vista para verlo, y cada vez que lo hacía, él le regresaba una sonrisa cariñosa.

— Regresemos a la mesa. — dice Sofía, cuando la canción terminó.

— ¿Estás cansada?

— Sí, un poco. Además, quiero pasar al lavabo.

— Bien, te espero en la mesa, ¿te pido otro trago?

— Sí. Gracias.

Cuando Sofía llegó los baños, se mira al espejo. Estaba muy sonrojada, así que se refresca el rostro, pensando que solo era la vergüenza de bailar bachata con Jorge, no podía ser otra cosa. Se acomoda su vestido floreado, se aplica un poco más de labial y da un suspiro para controlar sus emociones antes de salir.

Sofía se dirige a la mesa en donde la esperaba Jorge, pero antes de llegar, se detiene y ve como él miraba a las parejas en la pista de baile. Se quedó un momento en silencio observándolo y comprende en ese momento que estaba pérdida, no quería reconocerlo, pero ya no lo podía negar, se estaba enamorando y ese sentimiento, ya no lo podía contener.

Jorge sonríe muy alegre cuando le ve llegar.

— Te pedí una laguna azul. Creo que te gustará.

— Sí, muchas gracias — Sofía toma asiento y da un sorbo a su bebida.

— Creo que te has cansado muy rápido, solo bailamos unas cuantas canciones. Tu condición física está muy mal. — Vuelve a reír Jorge, apoyándolo sus manos en la mesa.

— Bueno, solo tenía sed. Después volvamos a bailar.

Mientras Sofía trataba de actuar con calma, comprende que nadie tenía por qué enterarse de lo que ella estaba sintiendo y sería mejor no reprimirlo, porque al hacerlo, podría herir a Jorge por tratar de evitarlo. Lo mejor era aprovechar los momentos con él y esperaba que esto no arruine su relación de amistad. Pero, qué pasaría si Jorge ¿Está interesado en otra chica?

Luego del rato, volvieron a bailar en la pista. Ahora Sofía, ya no se sentía incómoda con la cercanía de Jorge, por el contrario, al aclarar sus sentimientos, disfrutaba de ese contacto, porque solo deseaba abrazarlo y que él la estrechara entre sus brazos.

Mi único pecado, fue quererte.Where stories live. Discover now