Capítulo 39

728 65 0
                                    

Sofía se mantenía calmada esa mañana, hablar con Jorge y aclarar las cosas la noche anterior le sirvió para poner fin a esa etapa, ya no tenía nada que decirle y él no tenía nada que decir que quisiera escuchar. A pesar de todo eso, no sabía por qué aún le molestaba verlo, trató de olvidar su odio hacia él para poder volver a vivir en paz, pero nuevamente tenía el impulso de correr, esa era su mejor terapia para escapar de su tristeza que había regresado junto con Jorge.

Ya pasaron 3 días en las que Sofía no tuvo que trabajar estrechamente con Jorge, ya que este se encontraba trabajando con los directivos, así que lo vio poco.

Durante la tarde, decidió quedarse en el pequeño gimnasio que tenía la oficina para los altos cargos y volver a correr. Cuando ingresa, estaba Jorge solo en el lugar, usando las pesas. Sofía ya no quería escapar de él y no quería que se diera cuenta de que verlo aún le afectaba, así que se dirigió a la trotadora, y comenzó a correr.

En el tiempo que estuvo Sofía, Jorge no le dirigió la palabra. Cuando ella terminar su rutina de ejercicios, va por su bolso que había dejado en los camerinos y se retira.

En la empresa ya no quedaba casi nadie, así que Sofía fue a los estacionamientos para marcharse a su departamento. Cuando ella estaba por abrir la puerta de su automóvil, ve una silueta que se refleja en el vidrio de su Maserati, esto la asusta y se voltea rápidamente para ver a Jorge que estaba detrás de ella. Antes que pueda reaccionar, él la presiona contra la puerta para besarla, impidiendo que pueda moverse.

Nuevamente, ella corresponde aquel beso, y se odiaba a sí misma porque no podía cortar ese impulso y actuaba en contra de lo que pensaba.

Jorge percibía como por momentos ella trataba de alejarlo y como en otros se relajaba, hasta que ya había dejado de forcejear, para finalmente abrazarlo, así que se mantuvo relajado para poder saborear nuevamente esos labios que por tanto tiempo deseo volver a besar. Esto le dejaba más en claro que ella solo cambió sus sentimientos por la tristeza, pero que, en el fondo, seguía amándolo como antes.

Cuando ella se aparta de manera súbita, lo empuja, mirándolo avergonzada, puesto que no sabía cómo enfrentar a Jorge.

— Me debo ir — se limita a decir.

Jorge le toma del rostro y une su frente a la de ella, para poder susúrrale.

— Sofía... sé que estás aún confundida, pero no tienes por qué temer, no te volveré a herir, mi corazón no lo resistiría.

— No te equivoques, no creas que esto fue algo especial.

— ¿Le has hablado a tu novio sobre nosotros?

— Él sabe de ti, pero no hay un nosotros

— En ocasiones siento lástima por él. Dices no quererme, pero tus acciones me demuestran otra cosa. Supongo que solo estás con él porque tu padre te comprometió.

La rabia de Sofía vuelve a florecer, y lo empuja con fuerza para ingresar a su vehículo. Jorge trata de abrir la puerta, pero ella ya le había colocado el seguro, marchándose al instante.

***

Sofía, Jorge y Carlos, debían nuevamente trabajar juntos, pero el ambiente, al estar reunidos, no era nada cómodo.

Sofía había recuperado el resentimiento que albergaba contra Jorge después del beso en los estacionamientos. Por su lado, Jorge miraba con desprecio a Carlos por ser el novio de Sofía, y Carlos detestaba a Jorge por lastimar a su amiga.

Jorge en varias oportunidades trató nuevamente de acercarse a Sofía, ya sea en la empresa o en su departamento, pero ella, ya no lo dejaba acercarse y su desesperación se hacía notar, pues ya estaban pasando casi un mes en el que no logró nada más que aquel largo beso del estacionamiento.

Durante una mañana, Sofía se preparaba una taza de té en la zona del descanso, cuando ve que Jorge ingresa, y sabía que era para hablar con ella. Ya a estas alturas, él no tenía miedo de que lo vieran perseguirla y era muy notorio, lo que ya había levantado rumores sobre ellos en la oficina.

— Sofía, deja de esquivarme, podríamos ser amigos nuevamente — dice Jorge hablando con naturalidad.

— Yo no quiero ser tu amiga, y le pediré señor Iraná que deje de seguirme, es bastante molesto.

— Sabes que eso no lo haré. Nunca dejaré de seguirte, hasta que confíes en mí otra vez, así que seré tu sombra, aunque tú no quieras.

— Te recomiendo que lo dejes de hacer. No quiero hacer un escándalo, pero si continúas, daré aviso de acoso.

— Tú no harías eso.

Sofía lo mira de manera desafiante y da una sonrisa sarcástica.

— Pruébame. El único motivo por el que no lo he hecho aún, es para que no moleste a Carlos, y para no perder la inversión de la empresa en contratarte. Pero, estaría feliz de que te fueras y de decirle a mi padre quien eres.

Jorge estaba sorprendido y baja la mirada, retirándose de la zona de cafetería, para dejarla sola.

Las amenazas de Sofía, de cierta manera, surtió algo de efecto, ya que Jorge dejó de perseguirla de manera tan descarada en la oficina, pero a pesar de esto, cuando debían trabajar juntos, se le acercaba demasiado como para sentir su respiración en su cuello o tomaba su mano cada vez que podía.  

Mi único pecado, fue quererte.जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें