Capítulo 59

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Federico toma el portafolio y se lo arroja a Jorge.

— Maldito... ¿Qué crees, que firmaré eso? No pienses que por lograr sacarme de la empresa y dárselo a tu zorra, me vas a humillar.

Jorge toma con paciencia el portafolio y lo vuelve a lanzar en la mesa.

— No me provoques Federico, o ¿se te olvida que estás en la cuerda floja con el fisco? Puedo llamarlos y darle tus operaciones completas.

— Y si lo haces, yo te hundiré, tú violaste secretos de la empresa y falsificaste mis firmas, sin mencionar los movimientos ilícitos que realizaste mientras yo no estaba.

— Por supuesto Federico, pero a mí, con todo eso, corro un riesgo de uno a tres años de prisión. Pero tú, tienes malversación de fondos y fraude, ¿cuánto supones que te darían?, creo que bastante más que a mí. Yo soy joven y para mí los años no me afectarían, pero a ti Federico, sería difícil pasar tu vejez en una cárcel.

— Te destruiré, hagas lo que hagas, enviaré por ti... por los dos. — amenaza furioso Federico que, al hablar, escupía cada tanto.

Jorge con fastidio, comienza a frotar su cabeza por los ridículos argumentos del que sería su suegro.

— Ya Federico... que molesto. Con eso, caí hace tiempo, ya no creo en tus patrañas. Si tus llegas a acusarme, o dañarme a mí o a Sofía, el que te perseguirá seré yo, tengo un confidente que tiene esta información y la enviará a las autoridades delatándote si algo nos pasa.

Federico se sienta y abre el portafolio, apretaba los dientes, mientras Jorge le reía con descaro y le entregaba un bolígrafo, el cual lo apartó con un manotazo.

— ¿Qué quieres que firme? No creerás que todo

— Sofía, ven... elígelo tú

Sofía estaba asustada, pero cuando mira el portafolio y lee cada documento, mira horrorizada el traspaso a su nombre de propiedades y bienes que poseía Federico, estaba la mansión en donde creció, el yate, los autos y muchas otras propiedades que no conocía, Jorge le decía que en algunas de esas casas mantenía a sus amantes.

— Sofía, las que tú no elijas, serán con las que se quede tu padre. Devuélvele el amor que él te dio durante todos estos años.

— Jorge... yo no puedo... es mi padre. Esto ya es mucho, no le puedo quitar sus cosas por venganza.

— No Sofía, no tengas miedo, está es una lección para alguien que considera, que puede pisar a otros por ser rico.

Federico lanza una risa burlona y mira a la pareja que discutía con cara de desprecio.

Sofía no podía creer que, ni en un momento como ese, su padre le reconocía lo que intentaba hacer por él, y como un ataque de furia, toma el portafolio, elige un vehículo y una casa en una ciudad cercana a una montaña y los aparta. A todo el resto comienza a firmarlas y colocar sus huellas.

Los documentos firmados, Jorge se los regresaba a Federico para que él firmara, pero este no lo hacía y solo le miraba con desprecio.

— No haré esto, prefiero irme a un juicio, que dejarle mis propiedades, son unos ladrones.

— Entonces quédate encerrado para siempre — responde Sofía amenazante — Si tratas de arrastrar a Jorge, yo podré liberarlo fácilmente, pero en ti nadie confía, ya nadie quiere relacionarse con un estafador.

Sofía comienza a sollozar, pero sigue firmando los documentos sin detenerse.

— No te conviene Federico, piénsalo bien, tienes una casa, un auto y un sueldo vitalicio. Puedes vivir tranquilamente, suficiente para tomar el whisky que tanto te gusta y darte tus lujos. — comenta Jorge con una extraña calma.

Federico al verse acorralado, guarda su orgullo y les mira suplicante.

— No hagan esto. Les pido perdón, solo denme una oportunidad.

— ¿La oportunidad que tú nos diste Federico? ¡Claro!, no seguiré con esto, si tú nos devuelves esos 4 años, ¿puedes hacerlo? — Sonríe Jorge de manera sarcástica.

Luego de un tiempo entre peleas, amenazas y ofensas de parte de Federico, este firma los papeles para perder todo lo que por año trabajó y también robó.

Federico mira a Sofía con reproche.

— Espero que ahora estés feliz, le quitaste a tu padre todo lo que tenía, todo su trabajo. Espero que tu conciencia te deje tranquila durante las noches.

— Claro que sí Federico, no te preocupes de eso, estamos haciendo una expiación de tus culpas, así podrás recapacitar sobre el daño que les has hecho a todos. Ahora puedes ver que el dinero y el poder, se va muy fácilmente.

— Papá... todo se puede solucionar entre nosotros. Eres mi padre y te quiero en mi vida, solo espero que tengamos un nuevo comienzo. — dice Sofía con los ojos llorosos.

— Y ¿quién dijo que yo quería tener algo que ver contigo? Siempre has sido una carga y no me equivoqué, no quiero tener a una arpía cerca de mí. — Federico le levanta la mano para tratar de abofetearla, pero Jorge lo detiene.

— Ya Federico, si no tienes nada más que decir, nos vamos. Recoge tus cosas, te damos esta tarde para que abandones esta oficina que ahora le pertenece a Sofía. — Contesta Jorge, quien toma a su prometida de la mano y la saca del lugar.

Sofía comienza a sollozar al estar en el pasillo, pero Jorge le insistía en que aguantará para que el personal no la viera flaquear, así que trata de contenerse. Al llegar a su oficina, cierra la puerta, para llorar desconsoladamente.

— Jorge, ¿cómo pudiste? Esto fue tan cruel.

Jorge deja el portafolio de las transacciones en la mesa y se sienta al lado de Sofía.

— No Sofía, tu padre siempre fue malvado contigo, ahora solo le devolviste la mano. No tengo culpa en esto, y eso que él fue más bueno conmigo, de lo que fue contigo durante toda tu vida. Solo por respeto a ti, no lo he enviado a prisión.

— ¿Ha terminado?, ¿esto era tu plan?

— Si Sofía, ya he terminado. Sabía que te afectaría y por eso no te lo dije antes. En un principio solo lo desvincularía de la empresa, por eso puse en alerta al fisco con algunos movimientos, si salían mal, yo sería enjuiciado por los fraudes y falsificaciones. Pero después descubrí los robos a sus socios, sus propios fraudes por años y hasta los traspasos de propiedades que eran de tu madre, y que las dejó a su nombre.

— ¿A mi madre también? — Sofía lo mira sorprendida.

Jorge asiente con la cabeza.

— No solo la engañaba con otras mujeres, también le quitó propiedades que eran de tus abuelos, creo que ella no tiene conocimiento de que esto alguna vez ocurrió. Sofía no es venganza, esto es justicia.

Sofía lo abraza, sentía culpa y no entendía por qué aún quería a su padre, quizás hasta el último momento seguía buscando su aprobación.

— Ahora pilluela, eres la nueva directora ejecutiva, lo que siempre quisiste y te lo has ganado.

— Y tú, ¿trabajarás conmigo?

— No, yo seguiré realizando asesoramientos, ya sabes que tengo una lista de espera, pero te ayudaré cuando me necesites, solo que, no dejes caer en bancarrota a la compañía y me llames cuando sea muy tarde. — ríe Jorge.

— ¿Y nosotros?

— Bueno... tendremos que elegir una fecha para la boda, y ver donde será nuestra luna de miel

Sofía le sonríe y lo vuelve a abrazar.

— Te dije que ya no te volveré a dejar sola, nunca más nos separemos. — Sonríe Jorge, para tomar su rostro entre sus manos y regalarle un beso lleno de ternura.

Mi único pecado, fue quererte.Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt