Algunas madrugadas, Sofía se despertaba y veía como Jorge estaba despierto con su Notebook escribiendo correos.
— ¿Qué haces Payasito? — pregunta Sofía somnolienta, ya que el brillo de la pantalla le había despertado.
Jorge cierra el notebook y lo deja a un lado.
— No podía dormir.
— Pero, ¿por qué ocupas mi computadora?
— La mía está abajo, la tuya estaba más cerca.
Jorge se quita los lentes y los deja en la mesita de noche, se gira para abrazar y que así, siga durmiendo. Pasado algunos minutos, vuelve a escribir en el notebook, enviaba algunos correos por la cuenta de Sofía y luego los borraba del historial.
Desde el lanzamiento de los frutos del campo, ya han pasado 3 meses de inicio de producciones y la respuesta del mercado fue óptima.
Sofía encontraba extraña las actitudes de los socios de su padre. Siempre le decían buen trabajo o le daban palmadas en el hombro, dando su aprobación cuando nadie los veía, sabía que algo raro estaba ocurriendo, pero no podía descifrar a que se debía.
Era sábado por la mañana y Jorge debía acudir a una reunión con los directivos, puesto que ya su contrato pronto terminaría.
— Pilluela, ya me voy. Después de la reunión tengo que hacer unos trámites, pero quiero que a las 19 horas me esperes en el restaurante Natura, que está por la costa.
— ¿Me darás una sorpresa? — pregunta Sofía sonriente.
— Sí, preparé una velada hermosa. — Se acerca para darle un beso y se marcha.
Durante la mañana, Sofía se reunió con sus amigos y próxima a la hora del encuentro con Jorge durante la tarde, se colocó un precioso vestido, arreglo su cabello y se dirigió al lugar previsto.
Al llegar, ve a Jorge que estaba hablando con una mujer de edad media.
— ¿Jorge? — se acerca Sofía.
— Sofía, llegaste — Responde Jorge, pero no estaba sonriente, más bien, se veía incómodo.
— ¿Ella es tu prometida? — pregunta la mujer de cabello negro.
Jorge asiente con la cabeza.
— Hola, soy Bárbara, la madre de Jorge. Eres muy bonita — saluda la mujer, estrechando la mano a Sofía.
— Mucho gusto señora, soy Sofía — Le da la mano para saludarla
Bárbara mira nuevamente a Jorge y su mirada se vuelve suplicante.
— Hijo, me gustaría volver a verte, tenemos tanto de que hablar, hay tanto que decir.
— Creo que ya hablamos suficiente — responde Jorge apático.
— Pero es para que conozcas a tus hermanos...
— No quiero conocer a extraños...
Sofía le susurra a Jorge y lo toma del brazo, pues lo que había dicho era descortés.
— Jorge, por favor... no guardes rencor
— Esta bien, entiendo — responde la mujer con una sonrisa triste. Saca de su bolsillo su celular — al menos, dame tu número de teléfono y así podremos contactarnos.
— Opino que ya debes irte, estoy en una cita y nos estás retrasando — le corta Jorge.
Bárbara lo mira apenada, luego le sonríe a Sofía.
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Mi único pecado, fue quererte.
RomanceDos estudiantes de economía en la universidad de Cardiff, descubren el amor que nació entre ellos de una manera completamente tierna y pura. Pero esto, no siempre es suficiente para estar juntos. La familia de Sofía, no aceptaría que un chico de con...