Capítulo 42

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— Señor Iraná, no lo reconocí — Sofía se sorprendió al ver que Jorge estaba vestido como el fantasma de la Ópera.

— Usted señorita Mydffai está realmente hermosa, si me permite decirlo — responde de manera galante Jorge.

— Es porque es mi hija. Las mujeres deben ser hermosas y delicadas — comenta Federico.

— Me alegraría si me diera la oportunidad de bailar con usted y si Federico me lo permite — sonríe Jorge.

Sofía le quita la mano y de manera cortante habla

— No. Tengo otros invitados que atender.

Federico le detiene, para congraciarse con el asesor.

— Claro que sí, vayan a bailar... esto es una fiesta

Jorge le ofrece el brazo a Sofía para ir a la pista, así que ella lo acepta de mala manera. Cuando están ahí, comienzan a bailar una música alegre.

Sofía no decía palabra, y no quería verlo a la cara. Para ella, el bailar con Jorge era algo muy íntimo y especial, no quería bailar con él, por miedo a volver a sentir lo que por casi 4 años ha tratado de olvidar.

Los amigos de Sofía, veían como ella y Jorge bailaban, pero notaban una extraña tensión entre ellos.

— No entiendo por qué Sofía no accede a regresar con él. A mí no me engaña y creo que a ti tampoco. — comenta Marco

— Bueno, hay que respetar lo que ella quiera.

— ¿Así como ella te respeto cuando le dijiste que no te dejara solo conmigo para mostrarte el pago a funcionarios? — Marco lo mira de manera juguetona.

— Eso era distinto.

— ¿Distinto? Claro, ella no sabía si yo realmente tenía sentimientos por ti, pero aquí ya sabemos que hay algo.

— ¿y qué quieres hacer?

— Ayudar a ser Cupido

— No hagas una estupidez — advierte Carlos.

— Que no. Tu tranquilo y mira. — Marco se aleja para hablar como el DJ.

La música termina y Sofía trata de alejarse rápidamente, pero inmediatamente suena una nueva música... era una bachata, lo que meno quería bailar con Jorge, pero este le toma la mano y la arrastra hasta él. Como si su cuerpo respondiera al estímulo, comenzó a bailar por impulso.

Al ser un baile tan cercano y sensual, ambos se miraron a los ojos. Era lo que Sofía no quería que ocurriera, ya que podían hablar sin decir nada, solo por medio de sus cuerpos se expresaban tanto, y es que eso fue lo que hizo en primera instancia enamorarse de Jorge. Cuando la música termina, podía sentir como la mirada de él le expresaba tanto y una emoción recorrió su espalda en forma de electricidad, le gustaba demasiado el hombre que tenía al frente de ella y se lo estaba diciendo también con su mirada, así que bajo la vista y prefirió huir.

Sofía se dirige a la que era su habitación en aquella mansión, e ingresa al cuarto de baño, se mira al espejo y se ve a ella misma agitada, sonrojada y notoriamente confundida. Jorge tenía razón, sus sentimientos eran como la ley de la conservación de la materia, era al hombre que más odiaba en el mundo, porque era el hombre que más amaba en el mundo, y a pesar de que los sentimientos con el tiempo se olvidan, estos no podría olvidarlos nunca, no una relación que fue tan intensa, nunca a Jorge.

Sofía se refrescó la cara y repasó su maquillaje, para que en la fiesta, no notarán que algo le estaba pasando.

Cuando sale del cuarto de baño de su antigua habitación, se sobresalta al ver que Jorge estaba ahí esperándola, arrastrándola hacia él, para besarla de manera apasionada. Ese besó inmediatamente lo corresponde, y nuevamente estaba actuando como no quería, era tan débil cuando se trataba de él, se odiaba a ella misma, que sin controlarlo comienza a llorar mientras sentía los cálidos labios de Jorge que le daba besos profundos y largos.

Jorge le secaba las lágrimas con las manos y la apoya contra la pared, acercando su cuerpo al de ella, pudiendo acariciar su espalda y caderas. Sofía, por su lado, le toma nuevamente el rostro para acercarlo y poder besarlo, ya no quería pensar, solo quería sentir y dejar de reprimir a su corazón que le dolía tanto.

Ambos estaban cómodos besándose tranquilamente, pero son interrumpidos al escuchar que afuera estaba Carlos y le habla a Sofía, lo que corta el momento.

— Sofía, ¿Estás bien?... ¿Estás en tu habitación? — pregunta, tocando a la puerta.

Sofía voltea la cabeza, pero Jorge le seguía besando el cuello y acariciaba su cabello.

— Carlos, ahora salgo... — responde en voz alta para que logre escucharla a través de la puerta.

Jorge la detiene cuando ella se aparta, así que le habla en voz baja para suplicarle.

— No te vayas Sofía, quédate conmigo.

— Deberías irte Jorge — Sofía aparta la mirada, puesto que estaba sonrojada.

— Este no es solo un momento en nuestras vidas, porque sé que me amas, seríamos más felices si dejaras de luchar contra esto.

Ella no responde, apartándose de manera gentil para dirigirse a la puerta y mirando a Jorge que se quedó en el mismo lugar, apoyado contra la pared y que le devolvía una mirada melancólica. Al salir, ve a Carlos que estaba afuera esperándola, con un semblante de preocupación.

— Sofí, ¿Estás bien?, nos asustaste cuando vimos que no regresabas

— Estoy bien. — Alcanza a decir Sofía, hasta que comienza a llorar.

Carlos, al verla en aquella condición la abraza y la hace ingresar en una habitación cercana para que no la vean en el pasillo de esa manera.

— Hey bonita, ¿qué pasa? — pregunta Carlos al estar en un lugar privado.

— Es Jorge... no quiero que se acerque más a mí, tengo miedo... le tengo tanto miedo.

— ¿Estás segura?. Pero, yo creo que tú le quieres, ¿por qué no te rindes y dejas de ser testaruda?

— No quiero que ingrese otra vez a mi vida, ya sufrí mucho cuando se fue, no quiero sentirme nunca más así, me ha costado mucho superarlo, no puedo permitir que me pase nuevamente.

— Me juras que, si él se aleja de ti, ¿tú estarás mejor?

Sofía asiente con la cabeza y sigue llorando.

— Tranquila, lo vamos a solucionar — Carlos la abraza para que pueda calmar su tristeza.

Mi único pecado, fue quererte.Where stories live. Discover now