Capítulo 50

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Cuando regresaron los amantes a la oficina a la mañana siguiente, ambos no podían dejar de mirarse y sonreír, no querían llegar y volver a actuar como si no se conocieran.

Sofía ingresa a la oficina de su padre, acompañada de Jorge.

— Aquí está el contrato del señor Iraná

Federico toma el portafolio y lo revisa, sonriendo al estar conforme.

— Gracias Sofía, por favor, cuando salgas, puedes pedirle a la secretaria que traiga café — Federico mira a Jorge sonriente, después de que su hija sale del lugar — Por favor siéntate.

— Creo que podremos continuar trabajando por otros 6 meses.

— Así es Jorge, pero quería hablarte de otra cosa. Deseo que trabajes más tiempo conmigo, para dirigir la compañía. Me gustaría descansar unos días y si te dejo a cargo por ese periodo, no solo sabré que la empresa está en buenas manos, sino que estará mejor a mi regreso

— Federico, se supone que su hija es la que se encargará de la compañía.

Federico le da una mirada sarcástica.

— Claro... pero tú y yo sabemos que ella no tiene suficiente habilidad para hacerse cargo de esto. Puedes ayudarla a guiarla, pero tú te mantendrás al mando.

— De acuerdo Federico, pero tú debes informarle de esto, no quiero entrar en conflictos familiares. — Jorge toma el café que trae la secretaría y pensaba, que su plan, seguía marchando como él quería.

Por la tarde, Sofía y Jorge conversan durante el almuerzo, comentándole lo que hablo con su padre esa mañana.

— Papá realmente no confía en mí — dice Sofía con tristeza.

— Olvídate de lo que opina él

— Pero tienes razón, él no me dejará la empresa

— Si lo hará, ten esperanza. Solo te cuento esto para que cuando hables con tu padre, no te sientas lastimada. También quería avisarte que estaré trabajando hasta tarde con tu padre, te veré en la noche.

— No te preocupes, nos veremos otro día

Ya por la tarde, Sofía después de ir al gimnasio, se dirige a su departamento, ahí cambia las cerraduras para que Jorge no pueda ingresar.

Era de noche, Jorge no le había llamado y no se apareció por el lugar, así que decide irse a dormir. Sofía despierta al sentir un sonido metálico en la puerta, mira el reloj que marcaba las 23 horas. Se dirige hacia la puerta somnolienta, cuando escuchan tocar.

— Por favor Jorge vete — dice Sofía sin abrir.

— ¿Por qué cambiaste la cerradura?... déjame entrar — dice Jorge al otro lado de la puerta.

— Vete Jorge, no te dejaré entrar

— ¿Vamos a jugar a eso?

— Eso debiste haberlo pensado ayer.

— Perdón, te aseguro que ahora solo vamos a dormir.

— ¡Ja! Ya no caeré en eso otra vez.

— Realmente tengo mucho sueño, solo quiero descansar, es tarde.

— Entonces vete a tu casa, adiós.

Cuando todo se mantiene en silencio en su departamento, Sofía vuelve a la calma, para nuevamente dormir. Súbitamente, algo la despierta, al sentir movimientos en su habitación, sobresaltándose, al ver que Jorge estaba adentro, ordenando cosas de una maleta y dejándolas en su armario.

Mi único pecado, fue quererte.Where stories live. Discover now