Capítulo 11

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Las clases del segundo semestre iniciaron, el tiempo comenzó a pasar deprisa y los primeros trabajos aparecieron, así que los amigos se reunían en la sala de estudio, como ya era su costumbre, para avanzar sus informes.

Sofía se esforzaba por concentrarse, pero se mantenía distraída, al no poder dejar de ver a Jorge, y es que cada día le gustaba más, estaba enamorada completamente y al estar con él, pensaba:

~Eres muy lindo, tus manos son tan grandes con dedos largos, podrían abrazar mi espalda completamente. Tu pecho es amplio, me encantaría poder usarla de almohada, y tus ojos... tus ojos son tan lindos y expresivos, que incluso cuando usas tus lentes de lectura, te quedan tan bien.

Jorge, levanta la vista de su informe, y mira a Sofía.

— Pilluela, ¿Tienes la historia de cómo se inició el método de libre mercado?

Sofía se sobresalta y comienza a buscar en un libro.

— Sí, está en este. Deje marcada la página — Ella se lo entrega, y ve como Jorge lo comienza a leer, volviendo a mirarlo embobada, creyendo que todo en él, era tan lindo.

En las tardes de estudio, Sofía ya no se concentraba, así que estudiaba o realizaba sus trabajos en casa, y las horas que pasaba con Jorge, se dedicaba a verlo sin que se diera cuenta, mirándolo a ratos, o mirando su reflejo por la ventana. Se sentía como niña haciendo eso, pero no le podía decir que estaba enamorada, porque si él no sentía lo mismo, su amistad moriría.

Jorge Se levanta de la silla y se dirige fuera de la sala

— Tengo que buscar un libro. Luego pasaré a la cafetería, ¿te traigo algo? — pregunta Jorge al levantarse de su silla.

Sofía le devuelve la sonrisa y niega con la cabeza. Cuando lo ve cerrar la puerta, suspira y deja caer su frente sobre la mesa.

— Ah Sofí, estás perdida... — se dice para sus adentros, puesto que esta era la primera vez que un chico le gustaba tanto.

Los minutos pasaban y Jorge se estaba demorando más de lo normal, a lo que Sofía ya estaba preocupada, pensando que algo pasó, así que sale de la sala para ver que ocurría, ya que Jorge dejó su móvil en la mesa, mientras se seguía reproduciendo su lista de canciones.

Sofía no tuvo que buscar mucho, pues, las salas de estudios se encontraban en el segundo nivel y la biblioteca en la planta baja, donde se podía ver completamente desde arriba, así que encontró rápidamente a Jorge, que estaba con un libro en un brazo y en la otra mano con un café y unos dulces en una bolsa, hablando con una chica que le sonreía demasiado para su gusto, y ya se estaban despidiendo, cuando ve que sube por las escaleras, a lo que ella ingresa nuevamente a la sala de estudio.

Para Sofía, verlo hablar con otra chica, le incomodó, pero era obvio que tenía que hablar con otras personas, pero ¿por qué con una chica tan coqueta?

Cuando Jorge entrar a la sala, Sofía trata de aparentar normalidad.

— Estaba preocupada por ti. Demoraste mucho ¿Paso algo?

Jorge deja sus compras de la cafetería sobre la mesa.

— Sí. Cuando venía de regreso, una chica de segundo grado me preguntó por ayudas en tutorías, así que le dije que podría los sábados, pidió que iniciáramos este fin de semana, y acepté.

— Pero, en ocasiones, nos juntábamos a estudiar los sábados.

— Hace mucho que ya no estudiamos los fines de semana.

— Pero, salíamos los sábados a hacer lo que fuera

— ¿Te molesta? No había pensado que podría disgustarte el que ocupe las mañanas de los sábados. — responde Jorge de manera apenada.

Inmediatamente, Sofía se sonroja, así que habla de forma despreocupada.

— No, para nada. Puedes hacer lo que quieras, es solo que nadie más que yo, Hernán y Triny, te han pedido tutorías, eso me sorprendió.

— Te traje un chocolate caliente, sé que te gusta.

Jorge le sonríe y le entrega el vaso que trajo con unas galletas, para luego acomodar su celular y cambiar de música, donde vuelve a sonar "Uptown Girl", continuando con la lectura que mantenía en su computadora.

Sofía toma el chocolate caliente y abre el paquete de galletas, dándole un mordisco. No le gustaba compartir a Jorge con otra alumna que pedía tutorías. Mientras pensaba en eso, se dio cuenta de que, de hace algún tiempo, esa canción estaba sonando con frecuencia. Gira la cabeza para mirar a Jorge que le estaba observando, y este aparta rápidamente la vista de ella, para volver a su lectura, con una leve sonrisa en los labios.

Ese sábado, Sofía no podía estar tranquila, estaba celosa y no lo podía controlar. Deseaba llamarlo, pero Jorge notaria que algo extraño pasaba, así que espero hasta la tarde para hacerlo, usando todo su autocontrol para no imaginar que aquella chica le estaba coqueteando.

Exactamente como se lo había propuesto, llama a Jorge a las seis en punto de la tarde.

— Hola payasito

— Hola pilluela. ¿Qué cuentas?

— Hem... nada interesante, ¿y tú?

— Tampoco, nada interesante.

— ¿Te reuniste con esa chica para las tutorías?

— Ah sí. Se llama Patricia, pero me pidió que le diga Patty.

Sofía aparta el auricular y realiza un gesto de enfado, golpeado una almohada. Estaba muy molesta, ya que Jorge apenas la conoce y ya le hablaba con diminutivos.

— ¿Y cómo te fue? — Sofía vuelve a aparentar calma.

— Bien, tiene problemas con comercio internacional, la misma asignatura que tenías problemas tú el año pasado.

— Hem... Jorge y ¿qué vas a hacer ahora?

— Bueno, estoy alistándome para ir al Bar. Me ofrecí para cortar limones y frutas para los tragos como horario extra.

— Entonces, ¿hoy no te veré? — Sofía lo dice con desánimo.

— ¿Me extrañas?

El escuchar eso de parte de Jorge, encendió las alertas en Sofía, definitivamente él se había cuenta de lo que estaba pasando, y se odiaba a sí misma por no controlar lo que decía, así que en forma de castigo involuntario, se golpeaba suavemente en los labios, apartando el celular.

— Puedes ir tranquilo, solo era una pregunta — actuaba una risa Sofía, sintiéndose tan tonta al hacerlo.

— Pilluela, si quieres, podríamos vernos el domingo — ofrece Jorge con una voz seria

— Es que el domingo es tu día de descanso.

— Pilluela, tú nunca vas a ser un trabajo para mí, también eres mi descanso. Además, esta es la primera vez que me recriminas no reunirme contigo, creo que algo te pasa y no me lo quieres decir.

— Hem... es que los domingos los paso en pijama — vuelve a sacar una risa falsa — descansa payasito.

— Pero, realmente me gustaría verte el domingo...

— Te aseguro que no me pasa nada. Nos vemos el lunes.

— Nos vemos el lunes — Jorge se despide con voz apagada y corta la llamada.

Sofía se lanzó a su cama, estaba tan avergonzada que quería gritar. Si seguía actuando de esa forma, Jorge se daría cuenta. Busco en su celular la canción "Uptown Girl", ya que de tanto escucharla cuando estaban juntos, le hacía pensar en él.  

Mi único pecado, fue quererte.Место, где живут истории. Откройте их для себя