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— Woo Hyung. —Hongjoong le estiró su pequeña mano cuando estaban a punto de cruzar la calle para el parque.

Wooyoung la tomó con gusto.

Él estaba disfrutando esto más de lo que debería, sabía que un día San podía decirle: «Hey, comes mucho, te vas.» y tendría que hacerlo, porque de nuevo, no tenía nada ahí... solo ropa y una que otras cosas que había tomado del apartamento de Mingi-puto- cuando él iba a trabajar.

Pero había sido imposible para Wooyoung no enamorarse completamente de los chicos, de por sí ya los quería, antes había jugado algunas veces con ellos e incluso habían pintado en los lienzos que Wooyoung sacaba para la basura.

Pintar.

El pensamiento vino a Wooyoung cuando empujaba a Yeosang en el columpio y veía a Hongjoong en la caja de arena.

Pintar de nuevo.

Bufó. Hace años no pintaba nada decente, algo que no se viera tan melancólico e infeliz, algo que no pareciera mierda, porque llevaba años de pintar mierda.

Tal vez por eso Mingi lo había cambiado, Wooyoung ya no era el chico vivaz y alegre que conoció antes, el artista talentoso que prometía tanto. Él llevaba exactamente cuatro años sin hacer una exposición.

Cuatro años.

Cuatro años después seguía sin dirigirle una palabra a su madre, cuando su padre murió, cumplió el luto y llegó al funeral, pero no le habló. Aún si ella lloró, aún si le pidió hablar con él, se fue. La dejó sola y huyó, que se pudra en su dinero, que se pudra en su mansión de mierda.

Tal vez debería intentar pintar... ya no tiene nada que perder. No tiene por qué ser algo alegre o vivaz, no tiene porque estar lleno de colores, tiene que reflejar algo. Tiene que reflejarlo a él y a esto que carga en su corazón... lo que le da miedo que salga.

— Bien corazones. —recogió la bolsa y guardó los juguetes.— Nos vamos a casa... —les dio un poco de agua antes de guardarla en la bolsa, la colocó sobre sus hombros y tomando a los pequeños de las manos empezaron a caminar de vuelta.

Su mente divagaba mientras llegaba a la puerta del edificio, con los dos pequeños en sus brazos mientras subía hasta el apartamento, tanto que no notó cuando Mingi lo empujó.

— Cuidado niñera. —Mingi bufó haciendo a Wooyoung tambalear, observó al menor hacer malabares con los pequeños y las cosas.— ¿Quieres que te ayude con uno?

Wooyoung dudó. —Estoy bien, gracias...

— No voy a dejarlo caer, pero faltan tres pisos y tú estás quebrándote a la mitad...

— ¿Juras que no lo dejaras caer? ¿No le harás daño? —Mingi asintió.— Bien, toma a Yeosang...

Subieron los pisos faltantes en silencio, porque ¿Qué puede decir?

«Mingi ¿Qué tal la vida?»

«¿Cómo está Yunho?»

«¿Ya vendrá a vivir a mi puta casa?»

No, Wooyoung no va a preguntarle nada.

Cuando llegan, algo en su estúpido cerebro le hace ir hacía el que era su apartamento y Mingi ríe.

Se gira hacía el hogar de los Choi y cubre bien la puerta antes de escribir el código. La puerta se abre y él entra, sorprendiéndose cuando Mingi lo sigue...

Daddy - SanWoo (Adaptación)Where stories live. Discover now