Wakey-Wakey

957 138 24
                                    

San abrió sus ojos despacio.

Sus párpados se sentían pesados, su garganta seca, se removió incómodo y sintió como sus pieles hicieron contacto, el olor a yerba buena inundando su nariz, estiró su brazo, jalando a Wooyoung hacía él, cuando sintió un pecho... y sus ojos se abrieron de golpe.

Wooyoung no tiene busto.

Se movió lo más rápido que su cuerpo le permitió y se obligó a levantarse aunque su cabeza diera vueltas y sus ojos se sintieran explotar.

— Buenos días cariño... —ronroneó la mujer que se removió en la cama bajo su mirada.— ¿Quieres un postre mañanero?

— Yo... qué demonios. —siseó dándose cuenta de su desnudez, buscando con qué cubrirse mientras su cabeza palpitaba y sus manos temblaban.— ¿Qué pasó?

— Te puedo mostrar qué pasó. —ella se levantó despacio de la cama, San, que había logrado cubrirse con una manta bajó la mirada sonrojado.

— No, no quiero que...

Su voz lo detuvo.

Más específicamente, los gemidos de su voz lo detuvieron.

Ella mostró la pantalla de un teléfono, dónde se veía a ambos... teniendo sexo.

San negó.

— Imposible.

— ¿Seguro? —rio suavemente.— Porque yo estoy segura de que fuiste tu... ¿Qué crees que...? Bueno, olvídalo, ya lo sabrás. —se acercó más a San, que seguía en un estado de pánico y shock, colocó una mano en su nuca y plantó un rápido beso en sus labios antes de que San la alejara.— Uh, ayer también estabas agresivo.

La cabeza de San daba vueltas.

— ¿Cómo? No... ¿Por qué? Es que...

— No lo sé amor, yo solo hago mi trabajo. —ella se encogió de hombros, colocó una bata sobre sus hombros y caminó hacia la puerta, el cuerpo de San congelado.— Por cierto... el último mensaje que te envían: Feliz regalo de bodas. —exclamó aplaudiendo ligeramente con sus manos, una sonrisa burlona en su rostro antes de cerrar la puerta dejando a San confundido.

— Pero.... no, yo... no. —golpeó su cabeza con fuerza, odiándose por no poder recordar nada, sus ojos se cerraban fuertemente, sus sienes eran presionadas. Pero no había nada.

Pero, ¿Por qué grabaría?

No tenía sentido... bueno, las personas tienen fetiches... pero ¿grabarlo? Si era un cliente para ella... ¿Por qué...?

Mierda.

Su garganta se secó.

Sus manos temblaron, su alma agonizaba y le pedía que corriera de vuelta a Wooyoung antes de que fuera demasiado tarde.

Antes de que él lo viera.

Porque eso debía ser... se lo enviaría, su prometido lo vería. Le rompería el corazón... se rompería el corazón.

— Wooyoung... —murmuró antes de levantarse de nuevo y buscar su ropa entre toda la mierda tirada, encontró su celular que le indicaba más de cincuenta llamadas perdidas de Beomgyu, unas treinta de Soobin...

Su sangre se drenó de su cuerpo cuando vio las casi setenta llamadas de sus padres... las veinte de Hyejin y las dos de Wooyoung...

Las dos de Wooyoung.

Manejó tan jodidamente rápido que no sabe cómo no se mató en el camino, marcó muchas veces a Wooyoung pero nunca contestó. Su mente solo estaba concentrada en volver... las palabras del menor resonaban en sus oídos.

"Vuelve a mi luego."

Tenía que volver... Tenía que.

Wooyoung había sido su razón de vivir cuando creyó que todo era una mierda. Él había llegado a ser su sol en la tormenta.

Bajó del auto apenas se parqueó en el jardín de su casa. Beomgyu y Soobin salieron a su encuentro al instante, seguido de sus padres.

— ¿Dónde mierd...? —las palabras de Soobin se quedaron olvidadas cuando la primera cachetada de su padre Changkyun apareció.

— ¡Eres estúpido o qué te pasa! —gruñó dándole otro golpe.— ¿Cómo haces esas mierdas San? ¡¿Cómo!?

— Mi amor, basta. —Jooheon alcanzó a su esposo de la cintura, intentando jalarlo lejos de su hijo.— Los niños están en la sala... ellos...

— Subieron con Sunghoon al cuarto de juegos. —exclamó Hyejin acercándose, sus ojos llenos de furia.— Aunque creo que sabes mucho de cuartos de juegos...

— Tienen que escucharme, yo no...

— No, yo no tengo que escuchar nada. —Hyejin negó con sus ojos enrojecidos.— Tus explicaciones se las debes a Wooyoung... lástima que él no quiera hablar contigo.

— Iré a nuestra habitación... yo, él tiene que escucharme, no fui yo...

— Hijo, él no está. —Jooheon negó, mientras aclaraba su garganta que amenazaba con quebrarse.— En cuanto recibimos el vídeo... él... se levantó, besó a los pequeños y se fue... se llevó su auto.

El corazón de San palpitó desenfrenado. — ¿Él... se fue?

— Sí, no contesta el teléfono, desconectó el GPS del auto y su celular... —Changkyun gimoteó.— Desapareció hace unas horas...

— Pero... no... —los ojos de San se llenaron de lágrimas de nuevo. No podía, Wooyoung no podía irse...

Su amado no podía solo besar a sus hijos e irse de su vida de nuevo... no, por favor, no.

— Que gran regalo de bodas... —murmuró Hyejin antes de romperse en llanto y correr hacia dentro, seguido de Changkyun y Jooheon que sostenía a su esposo.

— Mi regalo de bodas... —repitió San, recordando las palabras de la mujer en la mañana.— es que ya no hay boda. —sollozó antes de que Soobin lo abrazara y Beomgyu intentara llamar a Wooyoung de nuevo.

— Vamos a encontrarlo... vamos a encontrarlo y hablaras con él. —asintió Beomgyu con un nudo en la garganta.— Yo no sabía que esto iba a pasar... no sabía, lo siento...

— Tranquilo Beomgyu. —Soobin negó.— Tú sigue llamando.

No conseguiría nada, San lo sabía.

Wooyoung lo había dejado... Hoseok se lo había advertido, una vez él se iba, no volvía.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Ya tocaba el drama...

Daddy - SanWoo (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora