Wooyoung un artista extrovertido y bromista que se quedó sin musa... y sin casa, por culpa de un exnovio estúpido.
San, un viudo amargado con dos hijos preciosos. Nadie sabe bien qué hace... nadie sabe de dónde viene.
La descripción gráfica de que a...
Los ojos de Wooyoung se llenaron de lágrimas, su garganta dolía al escuchar la voz de San.
— No seguiré perdiendo mi tiempo contigo, Wooyoung... eres insoportable. —agregó, sus ojos mirándolo con enojo, su voz detonando desprecio mientras sentía su garganta secarse.
— San...
— No quiero volver a verte, ni a ti, ni a Seonghwa... —bufó, antes de cerrar la puerta con fuerza, dejando al menor solo en su habitación, las voces de los gemelos se escucharon del otro lado, mientras lloraban y gritaban.
— ¡Woonie! —Hongjoong sollozó, mientras sorbía su nariz.— ¡No me quiero ir! ¡Seonghwa es mi hermano! ¡Tú eres mi papi!
— ¡Cállate! —la voz de San llena de desprecio.— Él no te quiere aquí... cállate.
— No es cierto. —Yeosang murmuró, casi podía sentir como sus pequeñas manos se colocaban en la puerta.— Woonie, dile que no es cierto... que tú n-nos amas... lo juraste.
— ¡Que se callen! —el gritó del mayor se escuchó, unos golpes le siguieron y los gritos de los gemelos se hicieron más fuertes.
San les había pegado.
— ¡No! —Wooyoung gritó, saliendo del shock mientras corría hacia la puerta.— ¡San! ¡Deja a los gemelos! ¡No les hagas daño!
— ¡Son mis hijos! —siseó del otro lado de la puerta.— ¡No te metas! Tú ya no eres nada en nuestra vida...
— ¡No los lastimes! —pidió el menor aún sin poder abrir la puerta, sus manos intentando con todas sus fuerzas.— ¡Por favor! Ellos... ¡Bebés! —un grito desgarrador salió de su garganta cuando los gemelos se silenciaron de golpe.— ¿¡Qué les hizo!? ¡Hongjoong! ¡Yeosang!
Sus ojos se abrieron de golpe, su pecho agitado y sudor perlando su frente fue el indicador de que todo había sido un sueño.
Se levantó de golpe, lanzando las sábanas y edredones lejos, dejó sus pantuflas olvidadas y abrió la puerta rápidamente.
Necesitaba ver a sus hijos.
Sus pasos lo llevaron de prisa a la habitación más cercana, la de Seonghwa.
Abrió despacio, apenas lo suficiente para ver que su pequeño dormía plácidamente en su cama. Cerró la puerta de nuevo y sus pasos lo llevaron automáticamente a la habitación de Yeosang, ya que estaba al lado de la de Seonghwa.
Abrió la puerta con suavidad y su estómago dio un vuelco al encontrarla vacía... imposible, no, no... fue un sueño, lo fue, San... ellos no pudieron irse.
Dejó la puerta abierta y corrió a la siguiente habitación en busca de Hongjoong.
Si él menor no estaba ahí, él se moriría.
Su corazón iba a salirse del pecho, sus manos sudaban. Respiró profundamente y abrió la puerta con sus ojos cerrados, él no quería ver... en serio no quería ver si él no estaba.
El aire salió de sus pulmones cuando sus ojos se abrieron.
San, acostado en la cama de Hongjoong, dándole la espalda a la puerta, posiblemente Yeosang estaba ahí también... con pasos ligeros, entró a la habitación solo para confirmarlo.
Su corazón latió bien nuevamente... los gemelos estaban ahí, ambos acurrucados hacía su padre que tenía aún rastros de lágrimas en sus ojos.
— Dios mío... fue solo un sueño. —su mano se acercó decidida a tocar el cabello del mayor, pero se quedó en el aire un momento.— Creí que los perdía...
Mandó todo a la mierda. El miedo de que se fueran había sido tan real, él no podría soportarlo.
Sus dedos pasaron con suavidad por el cabello de San haciendo que este despertara después de un momento, sus ojos parpadeando intentando enfocar y saber que pasaba.
— ¿Amor? —preguntó viendo a quién tenía delante de él.— ¿Algo pasó? ¿Estás...?
Los labios de Wooyoung capturaron los suyos de inmediato tocándolos con añoranza y suavidad... como si tuviera que probarlo para saber que si estaba ahí.
El mayor aún sin creerlo correspondió el beso pero no pasó mucho tiempo sus labios se separaron, observados como quien no se ha visto en años... San se recompuso por completo, se sentó lentamente en la cama para observarlo detenidamente, sus manos se colocaron en su cintura y sus piernas se abrieron para acercarlo más a su cuerpo.
— Woo... —murmuró, abrazándose a su cuerpo y besando su vientre sobre su playera.— Mi Woonie.
— Mi amor. —sus manos subieron al rostro de San, sus ojos se conectaron un momento.— Sigues aquí...
— ¿Dónde más? —preguntó.— Tú eres mi amor... Seonghwa y tú, son nuestra familia... no podemos dejarlos, no podría dejarte, te amo. —murmuró apretando el agarre de su cuerpo.— Mi corazón no soportaría perderte...
— ¿Lo prometes?
— ¿Que no me iré?
— Que tu corazón es solo mío... —Wooyoung observándolo fijamente, sus labios entre abiertos y sus mejillas sonrojadas.— Que tus labios son solo míos...
San lo besó, Wooyoung se derritió al sentir sus labios de nuevo... marcándolo, eligiéndolo. Amándolo.
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