CAPÍTULO 5 | LLAMADA

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—Ha cancelado la reunión de hoy —les explico a los demás cuando le cuelgo a Axel—. Podemos vernos mañana si queréis y ensayar para el concierto que tenemos en una semana.

Jackson me mira con los ojos entrecerrados y se acerca a mí.

—¿Por qué no ensayamos hoy que ya estamos aquí?

—Porque a lo mejor queréis iros a casa y descansar. Ayer ya quedamos y acabamos cansadísimos —les hago saber mientras guardo la púa de la guitarra en el estuche.

—¿Te ha dicho por qué no viene?

Holly me pilla desprevenida. La miro, sorprendida y niego despacio.

—Solo ha dicho que no puede venir. Nada más.

Intento quitarle importancia, pero lo cierto es que me ha molestado bastante. Quedamos hace unos días y una hora antes, cancela todo y no me da explicaciones. Sé que tampoco tengo derecho a pedirlas, pero no esperaba su llamada para disculparse por no venir.

—Algún motivo tendrá.

—No lo sé —confieso—, pero tampoco me importa.

Es lo último que digo antes de darme la vuelta y empezar a guardar el cable del micrófono.

Llevamos toda la semana ensayando para un concierto que tenemos en un par de jueves y no nos hemos parado hablar de Axel y de todo lo que está ocurriendo con Revancha. Tampoco hemos hablado de otra cosa que no sea las canciones que vamos a meter en el setlist.

—¿No vamos a volver a ensayar entonces? ¿Es por algún motivo en especial o porque te has cabreado con Axel?

No me esperaba su pregunta. Dejo el cable en el suelo, me giro descaradamente hacia ella y la fulmino con la mirada. No sé que pretende.

—¿Qué?

—Lo que ha dicho —añade Brett.

Ruedo los ojos y suspiro.

—No me he cabreado con Axel. —Todos me miran frunciendo los labios, esperando que diga la verdad, así que eso hago—. Vale sí, me ha molestado. ¿Contentos?

—¿Por eso quieres dejarlo todo e irte a casa?

—No es por eso. Llevamos toda la semana cantando y tocando las mismas canciones... Creo que nos merecemos un descanso.

Se miran entre los tres y empiezan a sonreír, malvadamente. Doy unos pasos hacia atrás y espero que se dignen a darme una explicación.

—¿Daila Collins diciendo que nos merecemos un descanso? —pregunta Jackson entre risas.

—Seguro que tiene fiebre —añade Holly asintiendo.

—A ver.

Brett se acerca a mí y coloca su mano sobre mi frente. En cuanto la roza, tira la mano hacia atrás y finge que mi sien está caliente.

—Tiene 50 de fiebre, mínimo —dice mirando a Holly y a Jackson.

—Con 50 de fiebre estaría muerta —replico.

—Ese no es el punto —me recuerda mi amiga—. ¿Estás bien?

—Sí. ¿Podéis dejar de interrogarme? —pido un poco más borde de lo que me gustaría—. Me ha molestado que Axel cancelase todo así, pero no por eso os estoy diciendo que dejemos el ensayo aquí.

—Solo queremos asegurarnos de que estás bien, Collins.

—Lo estoy —le aseguro—. Llevamos un par de semanas agobiados con el tema plagio. Necesitamos descansar o no vamos a ser capaces de volver a agarrar un instrumento de lo agotados que vamos a estar.

Una canción robadaWhere stories live. Discover now