CAPÍTULO 10 | BERGEN II

42 4 6
                                    

Mini maratón 2/2

«Confía en mí, que yo estoy empezando a confiar en ti».

Las palabras se repiten en mi cabeza una tras otra, constantemente. Las dos horas de trayecto se me hacen eternas y saber que tengo detrás a Axel no ayuda mucho. Se lo había dicho sin pensar, y creo que eso es lo peor. Es peor porque significa que es verdad, que lo que he dicho lo tenía guardado dentro.

—¿Cómo vamos a organizarnos para dormir? Porque tenemos un invitado que no podemos meter en otra habitación.

—Puedo pedir una para mí, Jackson —responde Axel.

Mi amigo se da la vuelta hacia él una vez ha aparcado y lo mira fijamente.

—No vas a pagar otra habitación.

—¿Por qué? —pregunto yo, sin querer sonar brusca.

—Porque aún encima de que lo haces venir...

—¡Eso es mentira! —intento defenderme—. Ha venido porque ha querido.

Todos parecen estar en desacuerdo con lo que he dicho porque empiezan a abuchearme.

—Lo más lógico es que duerma en la misma habitación que Collins, ¿no?

Pongo mis ojos fijos en los de Holly y juraría que, si las miradas matasen, ahora mismo estaría enterrándola.

No me puedo creer que se le haya ocurrido esa magnifica idea.

Nótese la ironía.

—Holly tiene razón —apunta Brett—. Jackson y yo dormimos juntos, Holly duerme con Lisa y tú duermes sola. Es lo más normal. —Se dirige hacia mí con una sonrisa de suficiencia.

—¿Por qué Holly duerme con Lisa y tú sola? —me pregunta Axel, entretenido.

—Porque odia dormir con gente.

—Vale, joder. Dormiremos juntos —me obligo a decir al sentir la presión de todos a mi alrededor—. Seguro que uno de los dos puede ocupar el sillón.

Todos parecen de acuerdo con el trato, así que nos ponemos en marcha y nos dirigimos al hotel para recoger las llaves de la habitación. Axel nos sigue de cerca, pero no está pegado a nosotros por cualquier cosa que pueda pasar —a lo mejor Lisa no ha descansado en todo el trayecto, a lo mejor ya hay alguien del equipo...

De vez en cuando lo miro. Se nota que se ha vestido con lo primero que ha cogido del armario, y, sorprendentemente, le queda bastante bien. Pensar en esta noche me pone más nerviosa de lo que me gustaría admitir y me estresa el simple hecho de tener que dormir con... con alguien que apenas conozco.

—Nos vemos aquí abajo en diez minutos y esperamos a Lisa, que no creo que tarde en llegar.

Asiento a lo que nos ha dicho Holly y nos separamos porque las habitaciones están cada una en un sitio. Me atrevo a acercarme a Axel que parece sorprendido con mi presencia.

—Si no estás a gusto puedo pagarte yo la habitación.

—¿Acaso eres rica? —pregunta, entretenido.

—Imbécil.

Es todo lo que digo hasta que llegamos a la puerta de mi habitación. O nuestra, más bien.

Dejo pasar primero a Axel, que me agradece con una sonrisa. Cuando entro yo, me quedo en estado de shock al darme cuenta de que no hay ningún sofá. Simplemente está la cama de matrimonio en el centro junto a una bañera colocada en el fondo, que tiene vistas al mar.

Una canción robadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora