Capitulo Ocho

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Santana parece sonreírme genuinamente. Se preguntaran porque presencio algo como aquello, un gran acontecimiento para la humanidad, al menos para mí, que Santana sonría y en mi dirección.

Verán, hoy es jueves alrededor de las seis de la tarde y ellas, Santana y Brittany, han decidido pasar por la confitería donde me encuentro trabajando para tomar su merienda antes de marcharse a cumplir horario en Bora Bora.

Naturalmente, yo soy la que atiende la zona de mesas. El encuentro ha sido agradable, sin conocer a Brittany logro ver que es una gran persona y que no ha perdido su inocencia a pesar de estar metida en un lugar como aquel. Ella logra sacar lo mejor de Santana, y tal vez, la idea de que estén juntas ya no comienza a molestarme.

Les he traído su pedido y hemos bromeado gran parte del tiempo. Ahora mismo me han pedido la cuenta y me he quedado más tiempo del debido conversando con ellas, comentándoles que mañana por la noche comenzaría mi noche en el bar. Para mi suerte Julia no estaría allí. Ella solo va cuando Quinn lo necesita, o en algunos casos Unique, dejando sus días laborales como jueves y sábados.

La sonrisa de Santana vuelve a impresionarme.

- Entonces, dices que ha venido aquí a tomar una taza de café y te ha dejado cien dólares de propina - asiento avergonzada - ¿Qué hacia aquí? - solo atino a levantar mis hombros, aun no sé si quiera porque le he comentado esto a ellas.

- Solo me ha dicho que ha venido a tomar café y que yo no era la única que atendía aquí.

- ¿Crees en las coincidencias o destino? - me pregunta Brittany

- Nena, no creo que esto sea una coincidencia, y si lo llegara a ser es una de las enormes. Rachel, ¿qué tal si vino aquí solo para verte? - Mi corazón quiere dar dos latidos a la vez acelerándose ante la situación imaginada, me remuevo en mi sitio. La realidad es que ella solo fue por un café, me lo ha dejado claro.

- No lo creo. Quizás justo estaba de paso por aquí, tal vez vive por aquí y le ha apetecido una taza caliente de café. - murmuro convenciéndome de aquella versión.

- Ella no vive aquí, sino en Indianapolis. Pero también tiene casa en New Haven. - dijo Brittany con total liviandad

- ¿Cómo sabes eso?

- Ella se tira a Charlie, el hermano de Quinn. - veo como Brittany asiente como si aquello fuese un orgullo.

- El vive en New Haven, en casa de Quinn.

- Pero esta a más de una hora de aquí, me parece estúpido que haya estado cerca si no vive aquí.

- Entonces, si crees que hay sido una coincidencia buscada ¿no? - afirma Santana dejándome hundida en una nube de confusión, de preguntas sin respuesta clara. Ella misma me ha dejado en claro que mi presencia le molestaba.

- La soltera más rica, inalcanzable y deseable del estado de Indiana y, podría decir que de Estados Unidos entero, ha venido a tomar un "café" - Santana imitó las comillas - Aquí, donde tu trabajas, y te ha dejado un billete de cien dólares sin que tú la hayas atendido. Yo no te dejare tanta propina, si eso resuelve un poco tu enigma mental.

- Eh...

- ¡Rach! Le gustas. No hay lugar a dudas - el tono de Brittany es chillón, rozando lo feliz.

- Ella... no me quiere cerca. - Pero me doy cuenta que a medida que digo las palabras nada de eso es cierto. Ella ha pedido pasar la noche conmigo en mi primer día de trabajo, aun sabiendo que era nueva, y que estaría en mi noche de prueba. Tiene carácter. Una voz en mi cabeza me susurra ¿Qué tal si Santana tiene razón?. Mi piel se eriza ante aquella idea de que quizás, tal vez esté detrás de mí. La formalidad martillea mi cabeza advirtiéndome que es una mujer, que iría en contra de mis principios. Pero por dentro mio me balanceo de placer, pavoneándome orgullosa de que tal vez yo podría gustarle a otra mujer, y no una cualquiera.

THE BLACKLISTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora