capitulo 31

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- ¿Se encuentra bien, señorita Fabray?

- Si, vete. - hago el amago de retirarlo de mi lado pero mi mano derecha sigue aferrada a la puerta del auto que permanece abierta y mi mano izquierda apretujando mi saco de vestir. El pecho ha comenzado a dolerme como mil demonios, pero no es mi corazón, es un mal presentimiento que comienza a dejar remordimientos en mi mente.

- ¿Segura? - vuelve a preguntarme Paul aun sin apartarse de mi lado.

- Si. - Intento respirar pero solo obtengo más dolor - Sigue encargándote de las maletas.

- De acuerdo. - me asiente y vuelve a la parte trasera del coche.

Camino lentamente la distancia que me falta para montarme en el auto y busco mi móvil en los bolsillos de mi saco cuando logro sentarme. Suspiro cuando siento en mis espaldas el asiento de cuero, cerrando mis ojos momentáneamente, sintiendo la misma punzada una y otra vez. Teniendo la misma sensación que tuve con Allison cuando la encontré esa noche en casa. Vuelve a llevarme la mano izquierda hacia el pecho mientras que con la que quedo libre froto mi frente intentando alejar cualquier fantasma que ose de molestarme ahora mismo.

Vuelvo a bajar mi vista para encontrarme con mi móvil. Presiono una tecla, coloco la clave y desbloqueo el aparato. Presiono en número uno y me llevo el móvil automáticamente hacia mi oreja. Un tono, dos tonos, tres tonos... corto inmediatamente cuando el buzón de voz me recibe. Vuelvo a intentarlo hasta el cansancio llenando su móvil con más de diez llamadas mías.

- Rachel, por favor llámame en cuanto escuches este mensaje.

Corto la llamada jugando con el móvil entre mis manos, repasando una y mil veces la posibilidad de ir hasta su casa. Miro la hora, han pasado más de una hora desde que la deje en su casa.

No pienses idioteces, Quinn.

Muerdo mi labio inferior y ahogo mis pensamientos unos segundos antes de sentir como Paul regresa al auto. Tal vez, ellas solo estén durmiendo luego del agotador día. Yo misma estoy cansada o, quizás ellas estén cocinando algo y Rachel ha dejado el móvil por ahí, como siempre suele hacer.

- Paul... gira aquí. - digo al caer en la cuenta que el auto ha comenzado avanzar camino hacia el aeropuerto.

- Tiene un vuelo que tomar, señorita Fabray.

- Llévame a casa de Rachel - titubea unos segundos fijando su vista a través del espejo retrovisor - ¡Llévame ahora mismo, maldita sea! - Grito y vuelvo a tomar la actitud que me caracteriza diariamente, cuando no estoy con ella. Él sin más gira en U y retoma el camino que me dejara en su casa.

Impaciente vuelvo a marcar su número pero solo me hace esperar con los característicos tonos que luego me derivaran hacia el buzón. Estrello mi móvil contra el piso del auto y comienzo a maldecir por no poder controlar la situación.

- ¿Puedes ir más rápido? Puedo estar muriendo tranquilamente con tu lentitud imbécil

Él solo se remueve en su asiento viendo como tensa su mandíbula y apretuja el volante. Paul ha estado algo extraño estos días, debo confesarlo, aun así no me permito dudar de él.

No alcanza a frenar cuando abro la puerta y comienzo a correr en dirección a la puerta. Tomo el picaporte entre mis manos pero no hay caso, la puerta permanece intacta, con llave. Rápidamente recuerdo que mi hermano Charlie ha entrado por la parte trasera, donde siempre olvida echarle llave. Vuelvo a correr bordeando los arbustos que delimitan el terreno de Rachel. Varios juegos de los gemelos se dispersan en el césped, localizando rápidamente las ventanas corredizas que conectan el exterior con el interior. Las luces aun se encuentran encendidas, lo cual me da la señal que ellas aun no se han acostado, o al menos Rachel no lo ha hecho. La corrediza también está con seguro dejándome con pocas posibilidades para adentrarme en la casa. Vuelvo a tomar distancia para bordear nuevamente la casa hasta llegar a la ventana que pertenece a la habitación de Rachel. Las cortinas blancas me tapan gran parte de la visión pero puedo ver como su cuerpo descansa en la cama y eso me alivia tras ver que está en perfectas condiciones. Solo se ha dormido por eso no ha respondido mis llamadas.

THE BLACKLISTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora