Capitulo Nueve

1.7K 93 3
                                    

¡Bésame, por dios santo! Suplico con mi mirada, pero no logro ni quiero moverme de mi lugar. Se está muy bien entre sus brazos. Por alguna extraña razón estoy paralizada, completamente atrapada por ella. Desvio mi mirada nuevamente hacia su boca, buscando saciar mi necesidad y curiosidad, ella me devuelve la mirada, sus ojos se han vuelto de un verde oscuro intenso y brilloso. Respira con mas fuerza de que lo haría una persona común y corriente dejando en evidencia su nerviosismo, por mi parte mi boca no logra albergar oxigeno suficiente. Me ha dejado sin aliento.

Me tienes en tus brazos, por favor besame.

Cierra sus ojos y observo lo que quizás en unos segundos mi deseo se convierta en realidad, mi corazón corre desesperado hacia mi boca. Suspira profundo y niega con su cabeza, como si tuviese el don de leer mentes y en este momento me estuviese respondiendo a mi petición.

- Rachel, no debes hacer esto. Tienes que estar lejos mío - me susurra apretando aun mas mi cuerpo.¿Qué? ¿A qué se refiere con eso? Teniendo en cuenta nuestros roles ahora mismo, yo debería decidir si quiero o no estar cerca de ella. Frunzo mi ceño y niego con mi cabeza. - Solo voy a soltarte y dejarte ir. - dice suavemente.

Su voz ha disparado un corto de electricidad por mi cuerpo, aun no se si es por lo que paso con el auto que apenas estuvo por atropellarme, por su a proximidad o por su sentencia de dejarme ir. ¡No! No lo hagas, no te atrevas. Grita una voz en mi interior reflejándose en mi rostro perturbado y desafiante. Siento como su brazo se desliza por mi espalda y se posa en uno de mis brazos imitando el gesto de la otra. Ahora mi mente lo único que puede procesar es el hecho de haber querido ser besada por una mujer, que me expuse y me deje en total evidencia siendo rechazada por ella. He arruinado el poco avance que hemos tenido dejando en ridículo mis disculpas.

- Ya estoy bien - respiro tranquilizándome, dejando que mi voz al fin salga tras ver como observaba mis reacciones cuidadosamente - Gracias - murmuro ahogada por la humillación que acarrea mi cuerpo ¿Cómo pude mal entendido las señales? Tengo que hacerle caso y alejarme de ella.

- ¿Gracias? ¿Por qué? - frunce su ceño sin soltar mis brazos

- Por salvarme de mi catastrófica muerte.

- Ese imbécil ha pasado demasiado cerca de la acera. Me alegro haber estado junto a ti. ¿Quieres que nos sentemos en algún sitio hasta que puedas calmarte? - Me suelta quedando frente a mí con su espalda recta y su presencia impenetrable. No puedo evitar sentirme como una idiota frente a ella.

Niego con mi cabeza, mas sacando las ideas que hay dentro rondando que negando su propuesta. Tan solo quiero irme. Todas mis dudas alimentadas por las especulaciones, ahora erróneas, de Santana han alimentado una pequeña esperanza en mi que ha sido arrollada minutos atrás. ¿En que estaba pensando? Me regaño mentalmente. La pequeña voz dentro mío se burla de mis acciones. Me cruzo de brazos arropando mi cuerpo, giro para seguir con mi camino y tomo la decisión de atreverme a cruzar tras ver el tipito verde indicándome que voy a estar sana y salva en mi acción. No corro, pero por mi rapidez estoy a un pelo de hacerlo teniendo en claro que Quinn está detrás mío pisando mis pasos. Frente a la cafetería nuevamente me volteo para hacerle frente pero enfocando mi mirada en la plaza repleta de niños que aun siguen en su actividad.

- Gracias por el batido y por aceptar mis disculpas.

- Rachel, yo... - detiene su frase captando mi atención al escuchar su voz, despegando mi mirada de los pequeños en las hamacas para mirarla detenidamente. Sus ojos verdes lucen melancólicos, rayando el límite de lo triste cuando se pasa la mano por la boca y parte de su nariz. La noto frustrada, indecisa y apenada. Al parecer todo su control sobre si misma se ha disipado.

THE BLACKLISTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora