Capitulo Doce

1.7K 93 6
                                    

Capitulo Once

- Iré yo misma. - sentencie segundos antes de estacionarnos frente a su casa. Paul me observo con su ceño fruncido asegurándose de que no estaba bromeando o que mi cabeza funcionaba bien a pesar de tener en cuenta la hora en la que me he levantado hoy. Abro la puerta y salto fuera de mi Roll Royce, mi pequeño príncipe. Lo amo.

Camino a paso firme, con seguridad vistiendo una camisa blanca con unos pantalones negros ceñidos a mis piernas, la simpleza de los colores en mi vestimenta hacían resaltar aun mas mi cara y ojos verdes. No hizo falta que tocara el timbre, ella se me adelanto abriendo la puerta de su casa tomandome por sorpresa. Verla allí, de pie, con diminuto vestido blanco haciendo caso a mi petición cuando la he llamado hoy en la mañana, fue como caerme de bruces contra el piso reiteradas veces. Lucia increíble.

Me detuve, excitada por tan solo verla y observe sorprendida a la mujer que llamó mi atención desde el primer momento en que la vi. Nunca había visto un pelo tan negro. Lo tenía brillante acomodado hacia atrás gracias a las patillas de sus anteojos de sol, siendo acompañado por su particular flequillo. Lo tenía largo, tanto que lograba taparle parte de sus pechos siendo en la punta decorado con un degrade uno o dos tonos más claro que su color natural. Si fuese por mi, le diría que se quite aquello, le queda hermoso, pero me gustaría aun mas verla al natural.

Apreté mis manos y contuve el impulso de tocarla y acabar con todos los planes que nos esperaban durante la tarde y si accedía, tal vez noche. Carraspeó su garganta y eso me hizo entender que mi escrutinio la estaba haciendo sentir incomoda.

- Rachel, te ves encantadora.

- Gracias. Me has dicho que me vista con algo cómodo pero un poco formal, solo he encontrado este vestido blanco.

- Estas perfecta, y me alegra que hayas accedido a ponerte un traje de baño.

- Si. Pero ¿Qué hay con tu vestimenta? Creo que quedare fuera de lugar.

- Oh, no. No le hagas caso a lo que llevo, así estas perfecta. - me asiente dudosa pero toma su bolso y sale de su casa. No me ha invitado a pasar, yo tampoco me invitaría si fuese ella.

- ¿Dónde iremos? - pregunta cuando abro la puerta del auto para que entre.

- Es un almuerzo de negocios - abre sus ojos dudosa, queriendo escapar de su asiento - Pero lo es para mí, para ti será diversión... lo prometo. - me siento a su lado cerrando mi puerta sin chances a que se atreva abandonarme. - He querido cancelar esto pero me lo han imposibilitado, y no quería suspender mi encuentro contigo, eso está claro. Solo me tomara una hora como mucho, prometo no dejarte sola.

- Pero... - me mira dudosa - ¿De qué es la reunión? - Niega con su cabeza - Se que de negocios, pero ¿Qué tipo de negocios?

- No seas tan curiosa, eso no me agrada.

- Lo siento.

- Solo te sentaras a mi lado, comeremos y después nos marcharemos si lo estas pasando mal.

- ¿Sueles ir siempre acompañada? - suspiro y junto paciencia para despejar sus dudas aunque no me hace la mas minina gracia.

- No.

- ¿No? - me pregunta confusa

- No, Rachel. - respondo seca y cortante, lo suficiente para que deje de preguntar. - ¿Cómo has pasado la noche? - rompo el silencio que mantuvimos por unos diez minutos.

- Bien. - Me responde con serenidad sin mirarme - ¿Y tú?

Poso mis ojos en su perfil y lo recorro sin piedad alguna, ella mantenía su atención fija en el asiento de Paul. Sentía como mi corazón se aceleraba dentro de mi pecho y el estomago se me endurecía, solo por mirarla. Me sentía torpe, débil y hecha un lio.

THE BLACKLISTDove le storie prendono vita. Scoprilo ora