capitulo 27

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It's easy to fall in love, but it's so hard to break somebody's heart

Todo pasa por una razón. No hay ni existe absolutamente nada que pase por casualidad. Duele terminar con una relación en la mayoría de los casos. A veces, porque fue mucho tiempo invertido en esa relación, otras veces, porque teníamos muchas ilusiones, ideas de grandeza en esa relación. Con Quinn... bueno, con ella lo tenía todo y a la vez nada. ¿Cuándo es suficiente? ¿Cuándo es demasiado? Mi corazón la perdonó, aun sin tener las suficientes razones para estar enfadada con ella. Me mintió, me ocultó cosas... la gran cosa. Yo también lo he hecho con ella. Pero mi mente... ella es la que me dice constantemente que debo hacerme valer, respetar y que no está dentro de sus posibilidades volver a Quinn.
Esta situación me está matando, no he parado de llorar en el avión y aun no logro controlar el sollozo que nace en mi garganta tras volver a pensar en ella. He pisado el suelo de Lima nuevamente pero esta vez, vacía.

What seemed like a good idea has turned into a battlefield...

Nunca debemos imaginarnos un futuro, hacer promesas o vivir a bases de sueños, no sabemos qué puede pasar más adelante. En una relación, es fundamental disfrutar el momento y no esperar que las relaciones duren para toda la vida o mucho tiempo. Que pesimista suena aquello, pero ¿Ha sido diferente para mí? Espere por Quinn para que corriera detrás de mí pero nunca apareció. ¿Cómo debo tomar aquello? ¿En verdad esto se ha terminado?

You and I We have to let each other go...

- Señorita... ¿Se encuentra bien? - la voz del taxista me toma por sorpresa.

- Si ¿Por qué?

- Ya hemos llegado - señala a través de su ventanilla la puerta de casa. La camioneta de Kurt se encuentra estacionada en la entrada de mi garaje.

- Oh... - Suspiro y vuelvo a caer en la cuenta que Quinn no está a mi lado - Tomé y gracias.

- La ayudare a bajar sus maletas. - Comenta con la intensión de bajarse del coche pero no dejo que lo haga.

- No se preocupe, puedo sola. Muchas gracias. - Sin más bajo cargada con mis cosas. El taxista pone en marcha su auto desapareciendo detrás de mi espalda mientras sigo con mis pies clavados en la vereda observando lo que aparenta ser mi hogar. ¿Aparenta? Pues sí, ya no lo siento mío. Siento que no pertenezco aquí.

- ¿Rachel? - Es la voz de Kurt que se escucha lejano pero sin embargo su cuerpo esta a centímetros mío. - Rachel, ¿te encuentras bien? - pasa su mano frente a mi rostro buscando signos de estar con los pies en la tierra.

- No. - murmuro sintiendo repentinamente como todo comienza a darme vueltas. Cierro los ojos momentáneamente dejando que mi cuerpo arrastre mi cabeza hacia atrás. Las manos de Kurt me sostienen gritando cosas que solo puedo oír como susurros.

- Rachel... por dios santo, reacciona. - Golpea mis mejillas levemente.

- Adentro... - digo con voz quebrada - Llévame adentro.

Lo próximo que siento es la comodidad de mis almohadones acolchonados pertenecientes al sillón que tengo en la sala.

- ¿Puedes decirme que sucede contigo? - me pregunta Kurt una vez que he logrado quitarme el saco, recibiendo una botella de agua helada.

- Solo se me ha bajado un poco la presión, nada más. - comento antes de darle un sorbo largo a mi agua.

- Bien, supongo que la presión también hizo que tus ojos se hincharan y tuvieras tu nariz roja ¿cierto? - Se cruza de brazos una vez que tomó asiento sobre la mesa ratona.

THE BLACKLISTWhere stories live. Discover now