capitulo 24

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Cuando despierto me encuentro acostada con mi ropa interior puesta debajo de las sabanas. Me remuevo aun con mis ojos cerrados sin sentir aun los rayos de sol penetrar por las ventanas, supongo que todavía es de noche pero siento como si hubiese dormido un siglo. Mi cuerpo busca su calor, mi espalda busca su pecho pero no hay nada detrás de mí, no más que unas frías sabanas. Suspiro y me atrevo abrir mis ojos. Seguramente nos ha dejado en plena noche por algún asunto que hay en su móvil. Se me eriza la piel tan solo pensar todas las cosas que Quinn puede estar ocultándome. Abro mis ojos lentamente sintiendo el amargor en mi boca pero inmediatamente vuelvo a cerrarlos, hay restos de sueño aun recorriendo mi cuerpo y mis ojos solo acatan órdenes, pero un acto reflejo me lo impide frunciendo mi ceño algo dormida y sorprendida.

Quinn no se ha ido. Quinn no nos ha dejado.

Ella está del otro lado de la cama durmiendo abrazada a Charlotte. Sonrío sin creer lo que estoy viendo. ¿Cuándo se ha apartado de mí? La paz que ambas emiten es impresionante. Charlotte se aferra a los brazos de Quinn quien permanece pegada a su espalda, ambas con una sonrisa en los labios. Si bien Charlotte tiene el pelo más oscuro que Quinn, como un castaño oscuro, ambas tienen rasgos similares. Si Charlotte tuviese los ojos claros, sin lugar a dudas seria una copia de ella. Su nariz respingada y sus labios finos.

Sonrío tras ver los dientes de Quinn al sonreírme.

- Hola - gesticulo con mis labios.

- Hola - me susurra de vuelta y Charlotte se remueve entre sus brazos. Me doy media vuelta para buscar mi móvil que se encuentra sobre la mesa de noche. Presiono uno de los botones laterales y la pantalla ilumina todo mi rostro, son pasadas las siete. Abro mis ojos asombrada. Quinn no debería de estar aun en la cama con nosotras.

Giro mi cuello y veo como aun con su mirada observa todos mis gestos, como si estuviese hipnotizada. Con mi mano derecha dejo visible mi móvil y muestro la hora, ella no parece importarle. Estira su mano, me quita el móvil y vuelve a entrelazar sus dedos con los míos.

- Hoy no habrá nada de esto. Solo nosotras. - susurra.

- ¿Qué hay con tu móvil?

- Solo nosotras. - vuelve a repetirme.

- ¿Mami? - pregunta Charlotte aun dormida sin abrir sus ojos.

- Aquí estoy, sigue durmiendo pequeña. - Quinn besa su cabeza y la acomoda entre nosotras rompiendo el poco espacio que me separaba de ellas. El hecho de que Quinn no se haya asustado frente a las palabras de la niña me llama poderosamente la atención.

- Quinn... - Intento hablar sobre el tema pero ella me interrumpe, seguramente siendo consciente lo que pasa por mi mente.

- Necesito una ducha con urgencia para despertar del todo. ¿Te unes? - Me sonríe y yo estoy perdida por completo. Asiento mordiéndome el labio. Ella me puede.

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Luego de bañarnos y comenzar ambas el día de la mejor forma posible, dándonos amor, salí en busca de Charlotte para desayunar y prepararnos para el día que Quinn nos tenía preparado.

Charlotte no puso resistencia, es fácil despertarla y su humor de recién levantada es de admirar, algo raro teniendo en cuenta que es una niña. Ambas nos cambiamos, ella quiso colocarse un vestido largo hasta sus tobillos color crema tras descubrir como Quinn le compró un armario completo de ropa, pero tuve que ponerme firme y pedirle que se abrigara un poco más teniendo en cuenta el clima, prometiéndole que le daría la oportunidad de lucirlo luego.

Nos vestimos ambas con un jean, unas botas largas y sweater que, para mi sorpresa, tenía un reno en su parte frontal. Me recuerda a mis años en el instituto.

THE BLACKLISTWhere stories live. Discover now