capitulo 30

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- ¿Dónde crees que estaremos en veinte años?

- Donde tú quieras que estemos. - me besa parte de mi cabeza comenzando a jugar con mi cabello y su nariz.

- Pero, ¿Dónde quieres estar tú? - detiene su acción largando un suave suspiro, aun así puedo escuchar su debate mental ahora mismo.

- Nunca me he detenido a pensar en eso. - me inclino hacia delante despegando mi espalda de su pecho y girándome para ver su rostro aun permaneciendo entre sus piernas. Ella solo me sonríe de lado levantando sus hombros, quitando mechones rebeldes de mi rostro para colocarlos detrás de mi oreja - Eres realmente hermosa. Soy muy afortunada de tenerte, Rachel. - Me sonrojo y es inevitable que agache mi cabeza pero ella me toma del mentón para conectar nuevamente su mirada con la mía y regalarme un beso en los labios - Nunca olvides todo lo que te quiero.

- ¿Por qué siento que a veces lo dices como si estuvieses despidiéndote de mí? - Acaricio su mejilla y ella automáticamente besa la palma de mi mano.

- Jamás me separare de ti, y si eso pasara, siempre volveré a ti. - me envuelve entre sus brazos para que vuelva a tomar la misma posición de antes.

Los mellizos ya han tenido su día de cumpleaños disfrutando de diferentes actividades y obsequios. Para mi sorpresa Emma se lleva bastante bien con Quinn a pesar de haber tenido ciertos roces durante el día, pero por alguna razón que desconozco Quinn ha sabido cómo manejar la situación, mientras Charlie solo busca la forma de no separarse un minuto de Charlotte. Al caer la noche, Quinn me ha traído hasta aquí luego de hacer dormir a los niños con el pretexto de pasar nuestra última noche juntas, en el muelle. Hemos compartido una botella de vino y el silencio que muchas veces es reconfortante y compañero. Siempre he pensado que cuando estás en silencio con la compañía de alguien más y no se siente para nada incomodo, es cuando más conectas con esa persona.

- De lo que estoy segura es que esteremos en Nueva York, ¿no? - me mueve sutilmente aun con sus brazos a mi alrededor sacándome momentáneamente de mis pensamientos.

- ¿Nueva York?

- Claro. Tú perteneces allí, pude verlo en nuestro viaje.

- Pero... - suspiro, sintiendo un leve escalofrío - no puedo dejar Lima. Esta Shelby, mis amigos... los niños tienen una vida aquí.

- ¿Cuándo pensaras en ti, Rachel?

- ¿Qué dices? - intento volver a separarme pero ella no me lo permite apretándome contra su cuerpo.

Mueve su boca hasta mi oído - Digo, que ya es hora de pensar en ti. De ponerte delante de todos y saldar la deuda que has dejado por atender a los demás. Tus hijos sabrán adaptarse a cualquier sitio, son niños. Shelby es adulta y podrá irse contigo si así lo deseas, ella te seguirá no lo dudes... - la interrumpo.

- Ella me dará la espalda cuando le cuente que estoy contigo.

- Ella se lo perderá, pero créeme que esta vez hará las cosas bien. - Me besa la mejilla - Y tus amigos, ellos te visitaran seguido. ¿Quién no querrá ir de visita a Nueva York? ¿Eh? - Me mueve jugando conmigo, dejando cosquillas en mi cuerpo provocando mi risa - Así... - dice luego de detenerse - Así quiero oírte siempre.

Giro mi rostro y a pesar de estar en completa oscuridad enfrentando el reflejo de la luna en el lago, puedo ver el brillo en sus ojos. Amor. Paz. Comprensión. Felicidad.

- ¿Qué haría sin ti? - Acaricio su cabello - Dime, Quinn. ¿Qué haría?

- Sabrás estar sin mí, créeme. - susurra sobre mis labios para luego unirlos y comenzar un camino de ida hacia el placer.

THE BLACKLISTWhere stories live. Discover now