capitulo 26

883 70 2
                                    

Las mentiras pueden socavar la credibilidad, puede desintegrar relaciones y corroer la confianza. Las mentiras nos humillan, nos deshonran, y nos hace preguntarnos si la persona que nos mintió, alguna vez nos ha dicho la verdad.

¿Por qué esa necesidad de mentir?

Porque sinceramente creemos que es lo mejor que podemos hacer para nuestro beneficio en ese momento. Vivimos en un mundo de engaños. La mentira más seria, es cuando es otro el que miente. A nadie le agrada admitir que mintió. Sea que nos abstengamos de decir la verdad o que digamos una media verdad, a veces mentimos. Nuestras razones incluyen lo siguiente: Mentimos para preservar nuestro sentido de dignidad. Queremos parecer mejores de lo que somos porque queremos agradar a los demás.
Exageramos las circunstancias para inflar nuestros egos o para esconder nuestra vergüenza, temor y desilusiones. Tal vez sea demasiado vergonzoso o doloroso confrontar la verdad sobre otros o sobre nosotros mismos. Mentimos para evitar que nos descubran.

¿Por qué me mintió Rachel? ¿Por qué le miento yo?

¿Cómo afrontar el hecho de ya saber con anterioridad su mentira y hacerle creer que era ajena a ello? ¿Cómo explicarle que se su vida al completo, hasta sus más escondidos secretos? ¿Cómo hacerle entender que ahora, solo me importa su bien? ¿Cómo hacer que me crea cuando he comenzado mintiéndole?

¿Qué se supone que uno debe hacer frente a una mentira? ¿Volver a creer en esa persona confiando que no volverá hacerlo? ¿Cómo creer que todo lo que dijo con anterioridad, sus actos, sus palabras, no fueron mentiras también? Pero aun es más difícil para la persona que mintió y se arrepiente en el presente, palpando con sus manos que quizás esa persona se nos escurra de las manos para siempre por un error, por una mentira.

Tal vez, lo que mas temía respecto a Rachel este sucediendo. Tal vez Rachel sea de las personas que no perdonan una mentira mas allá que ella también lo haya hecho. ¿Por qué? ¿Por qué tuve que ocultar mi pasado de ella? ¿Por qué tuvo que cruzarse en mi camino y perder la cabeza?

Permanece parada frente a mí, con su mentón temblando amenazando un próximo llanto, sus ojos vidriosos y sus manos estrangulando su desprolijo pijama. Recorre con su mirada mis ojos buscando una respuesta positiva a su mentira, comenzando asentir con su cabeza para luego agachar su mirada.

- Entiendo si tú después de esto no quieres volver a verme, pero me parecía injusto darte mí si habiendo mentiras entre nosotras. Lo siento, Quinn. En verdad lo siento.

Niego con mi cabeza, sin poder emitir palabra al respecto. ¿Lo siente? No, Rachel... yo soy la que lo siente. Yo soy la mentirosa aquí, la que te perderá.

- Quinn... dime algo, por favor. - me pide apartando el vaso de whisky de mis manos. Las lágrimas comienzan a caer por mis mejillas silenciosamente poniendo en alerta a Rachel, que deja el vaso sobre la mesa de vidrio que descansa a mi derecha y vuelve a mí rápidamente, colocando su mano sobre mi mejilla, queriendo aliviar mi dolor. - Lo siento, Quinn. No quise lastimarte... por favor dime algo. - Sus lagrimas se unen a las mías. - No me dejes por esto, por favor. - Se aproxima hasta mis labios, deteniéndose en mitad de camino esperando a que yo haga el resto. Sin embargo, no logro cerrar la distancia entre nosotras, ella roza sus labios con los míos sollozando, buscando fuerzas para no romper en llanto sobre mis labios.

- Ya lo sabía... - susurro golpeando mi aliento con el suyo - Yo lo sé todo. - Frunce su ceño y mis mejillas vuelven a sentir frio tras apartarse de mí.

- ¿De qué hablas? - hace dos pasos hacia atrás, aun puedo tocarla si así lo quisiese - ¿A qué te refieres con todo?

- Todo, Rachel. - Avanzo los dos pasos que ella ha decidido interponer entre nosotras pero nuevamente se aleja de mí. No la culpo. - Déjame explicarte.

THE BLACKLISTWhere stories live. Discover now