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Soojin cargaba con dificultad la pila de copias que su superior la envió a buscar

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Soojin cargaba con dificultad la pila de copias que su superior la envió a buscar. Refunfuño mientras pensaba en que desde que había llegado ahí (exactamente una semana) lo único que hacia eran trabajos pequeños que parecían más de una asistente a los de un gerente comercial.

Trataba de hacer lo mejor posible su trabajo, era buena en lo que hacía pero había algo interrumpiendo su mente, mejor dicho, alguien.
Las palabras de Seojun persistían en su cabeza

"cuando vuelvas te daré una respuesta y nos casaremos"

"Hago esta promesa, solo tienes que volver para poder cumplirla"

Un latido golpeó su pecho, sintiéndose  nerviosa de repente sus piernas se balanceron al igual que sus brazos con la pila de papeles. Apesar de sus intentos por mantener el equilibrio, fue imposible que el peso extra la hiciera tambalearse hacia delante, tirando la pila de papeles, en pocos segundos caería ella también, cerró sus ojos preparándose para el impacto.

Debió usar zapatillas hoy.

Sin embargo, el golpe nunca llegó. En cambio, sintió un agarre sobre su cintura, un agarre firmé. Lentamente abrió los ojos, encontrándose con la mirada preocupada de un hombre. Nunca lo había visto antes, pensó Soojin.

– ¿kenchana? –su voz también era fuerte– ¿señorita Soojin, esta bien?

Parpadeo un par de veces, analizando la situación. Cuando volvió en sí, se movió nerviosa, alejándose del hombre y poniéndose unos centímetros frente a él, avergonzada.

– estoy bien –habló– yo...gracias por la ayuda –se inclinó en señal de agradecimiento, el hombre sonrió aliviado–

– es bueno escuchar eso –Soojin volvió a ponerse en su lugar, mirando más detenidamente al tipo–

Era bastante alto, considerando que ella era alta a comparación de la mayoría de chicas.
Vestía un elegante y bonito traje color gris oscuro, su cabello perfectamente peinado hacia los lados, unos ojos tan oscuros y labios carnosos.
Cuando le sonrió, Soojin notó el hoyuelo que se formaba en su mejilla izquierda.

– Emmm –habló nerviosa– disculpe, ¿como sabe usted mi nombre?

Soojin era una persona bastante neutra, su rostro pocas veces demostraba sus sentimientos, esto no era algo que simplemente apareció en Soojin, ella lo aprendió, a guardar sus emociones y mentir acerca de éstas. La manera en que lo aprendió o la razón, no era buena en ningún sentido, ella simplemente podía pensar en alguien y ese era su padre, lo aprendió de el y para el. Para ocultar el dolor que sentía su corazón por sus desprecios, para lograr seguir la fachada de familia perfecta que tanto anhelaba, fuera realidad.

– nos presentaron antes –el alto volvió hablar, sacando a Soojin de su repentino trance– el día de su llegada

– ¿habla de la junta para los nuevos empleados? –el asintió– oh, lo siento, no lo recuerdo

Volvió a sonreír, dándose cuenta de los nervios de la más bajita.

– bueno, no tuvimos la oportunidad de presentarnos formalmente –extendió su mano– Mi nombre es Nam Boyeon, director de marketing –Soojin miro su mano– es un gusto

correspondió el saludo, tomando la mano del contrario– Kang Soojin, la nueva gerente comercial, el gusto es mío

Se miraron a los ojos un par de segundos, Soojin viéndose reflejada levemente.
Cuando se soltaron, la más baja se dirigió a recoger todos los papeles en el suelo, había tardado más de lo normal y seguro tenía esperando a su superior.

– ¿haz tenido una buena bienvenida? –preguntó, sentándose en cunclillas a su lado mientras también recogía copias–

¿ah? –lo miro dudosa–

– oh, lo siento –se disculpó– ¿puedo ayudarte?

Con una sonrisa agradecida, soojin aceptó y así ambos compañeros terminaron de recoger y apilar de nuevo el montón de papeles.
Boyeon tomó la mitad, comenzando a caminar junto a ella.

– la verdad es –habló– que ver alguien igual a mi me pone más tranquilo –soojin lo miro– ya sabes, llegué aquí hace 2 años y sigo sin poder acostumbrarme

soojin asintió, entendiendo lo que quería decir– si, creo que yo tampoco podré acostumbrarme...extraño mi departamento, la comida, mis antiguos compañeros, mis amigos y a mi –hizo una pausa, Boyeon la miro curioso–

– ¿a tu...? –preguntó–

Tragó saliva, sintiéndose triste al recordar las palabras del pelinegro una vez más, la forma en que la miro y la abrazó, haciéndola sentir esperanzada.

– mi mejor amigo –finalmente soltó–

entiendo

El silencio reino entre ellos, Boyeon se preguntó si había algo más que la hizo callarse. Decidió que no insistiría, no eran cercanos y si algún día lo fueran, decidió que la mejor manera de empezar no era siendo curioso.

Cuando llegaron a la puerta de las oficinas donde Soojin trabajaba, boyeon pasó su pila de papeles sobre la de ella, dio una última sonrisa mientras veía como el más alto le abría la puerta.

– gracias, sunbae –agradeció, comenzando adentrarse, pero la voz del hombre la llamó una vez más–

– podemos ser amigos –anunció, Soojin se giró para volver a verlo– si..tú quieres, tal vez así será más fácil para ti acostumbrarte...al menos un poco

Sonrió, sintiéndose más animada. Asintió.

– claro, seamos amigos

Con una última sonrisa, Soojin se despidió. Dejando a Boyeon pensando que su sonrisa era realmente bonita.

La boda de mi esposa [𝐇𝐒/𝐊𝐒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora