~ ESPECIAL ~

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Soojin se encontraba recostada en su cama, boca arriba, mientras miraba el techo blanco e intentaba encontrar las fuerzas para levantarse

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Soojin se encontraba recostada en su cama, boca arriba, mientras miraba el techo blanco e intentaba encontrar las fuerzas para levantarse. Si fuese un Martes como cualquier otro, ella seguramente se reprenderia mentalmente y se obligaría a levantarse, pero justo esté Martes, a ella no le apetecía eso.
Solo quería quedarse en esa posición, sin hacer absolutamente nada, sin mover ni un centímetro de su adolorido cuerpo.
Resulta que, el día anterior a San Valentín, recibió los resultados de sus exámenes semanales, de nuevo, quedando en segundo lugar su padre no dudó en castigarla; golpeó sus mejillas unas tres veces, la aventó contra el suelo y la obligó a ponerse de rodillas con las manos extendidas, tomando una larga vara de madera, la golpeó varias veces hasta que la dejo irse a la oscuridad de su habitación, sin permitirle cenar.

Antes de que el recuerdo de su noche anterior la pudiera seguir atormentando, su celular, a un lado de su cama, vibró. Sin ganas ella lo tomó del buró, viendo la notificación se dió cuenta que era un nuevo mensaje de la única persona capaz de sacarle una sonrisa, su mejor amigo, Han Seojun.

Seojun Han
Yaah, irás hoy verdad? ~

Dame tus apuntes de matemáticas antes de entrar ~

🙏🏻🙏🏻🙏🏻 ~

Con una sonrisa, dejó el aparato sobre su cama, soltando un suspiro de dolor cuando sus pies tocaron el suelo, se levantó y camino hasta el baño, una ducha rápida la ayudaría a aliviar el dolor y el mal humor; dos pájaros matados de un tiró.

Casi 30 minutos después, ya estaba lista, su cabello bien peinado y dejado suelto, su uniforme impecable como siempre y su maquillaje que solo constaba de protector solar, polvo, máscara para pestallas, algo de rubor e humectante de labios, también estaba listo.
Se dió una última mirada en el espejo, viendo algunas marcas rojas en sus brazos, agradeció que estas no estuvieran en su rostro, pues sabia que no habría encontrado las ganas de usar sus pomadas, correctores y bases especiales.

Suspiro por última vez, tomando su mochila y suéter, salió de su habitación.
El delicioso aroma refresco sus fosas nasales de inmediato, al caminar hasta el comedor, una amable mujer ya algo mayor, la recibió con una sonrisa

- oh, señorita Soojin, estaba apuntó de llamarla -su mirada se desvió hasta sus brazos, haciendo una mueca de desaprobación cuando vió las marcas-

Soojin se dió cuenta de esto, pero no le importó. Estaba más que acostumbrada a las miradas curiosas de cada una de las empleadas que habían llegado a su hogar, a excepción de su cariñosamente recordada, nana Jiyho, quien se había ido de aquel lugar antes de que los abusos físicos comenzarán.
Una parte de ella se alegraba por eso, así, la mujer nunca tuvo oportunidad de verla diferente, ni de sentir pena.
Eso, lo agradecía más que la preocupación.

- ¿mis padres no me acompañaran hoy? -preguntó, desviando la atención de la mujer quien rápidamente tragó saliva y se alejó para ir por una taza-

La boda de mi esposa [𝐇𝐒/𝐊𝐒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora