La boda de mi esposa [𝐇𝐒/𝐊𝐒]

30

El día que Han Seojun colapso durante su sesión de fotos, tuvó un sueño, uno realmente lindo.
Estaba en un escenario gigante, las luces de colores iluminando el cielo, la multitud ansiosa gritando y cantando junto con el, no había banda, era el solo con su guitarra y micrófono. Podía sentir toda esa adrenalina y emoción que sintió las primeras veces que cantó frente a la gente y no sólo en la regadera de su baño.
A mitad de la canción, las luces se apagaron, entonces a su lado se vió un destello y después, otra luz más, ahí mismo apareció Kang Soojin, vistiendo un hermoso vestido azul, zapatillas plateadas y su característico cabello suelto y lacio. Se veía hermosa.
Ella camino hasta el, con una media sonrisa en sus labios, no podía despegar su vista de ella y le extendió la mano, Soojin la tomó y entrelazaron sus dedos. Un escalofrío recorrió la espalda del mayor.

Ella fue la primera en hablar.

– sunbae

– ¿eh? –fruncio el ceño– ¿por qué me dices sunbae? Tú nunca me haz llamado así

En medio de toda la gente, no existía ruido, solo eran ellos dos, sus miradas clavadas en el otro, sus iris compitiendo por cual era más oscura.

– soojin ¿viniste a cuidarme?, tú siempre me haz cuidado, ¿no es asi?...en secreto, para que yo no pueda darme cuenta –sonrió– pero ¿sabes algo?, me di cuenta...y estoy tan feliz de que estés aquí

Vio las mejillas de Soojin sonrojarse, haciéndola verse aún más linda.

– por favor, promete que no volverás a irte... Cada día y noche te extraño, pienso en tí siempre...¿haz escuchado mis nuevas canciones? Son todas para tí

– seojun-ah –su tintineo desinteresado seguía ahí, no había cambiado en nada su tono al llamarlo–

– no estoy seguro de que es exactamente lo que siento por tí... Pero aún así, porfavor quédate conmigo, prometo esforzarme en describir mis sentimientos, prometo hacerte feliz... Así qué, quédate a mi lado, dejame tomar tu mano

La mano libre de Soojin se posó sobre la mejilla de Seojun, el frío no molestó al chico. En su lugar, soltó la guitarra y la paso encima de la propia mano de Soojin.

– me quedaré a tu lado –respondió– puedes tomar mi mano, yo...¿puedo tomar la tuya?

Seojun sonrió aún más, casi divertido por la pregunta.

– siempre haz podido –tomó la mano de su amiga y la llevó hasta sus labios, dejando un beso en su palma– soojin-ah