La boda de mi esposa [𝐇𝐒/𝐊𝐒]

27

Han Seojun sentía que se moría, iba a colapsar en cualquier momento, lo sabía.
Tenía un horrible dolor de cabeza que solo había más insoportable su hambre y los calambres en sus pies, añadiendo el ardor en sus ojos por las estúpidas lentillas.

– aghhh, ¿cuanto más debo hacer esto?
–se quejó en voz alta, llamando la atención de algunos miembros del staff y Heekyung–

– solo haremos un par de fotos con heedo y podremos irnos –intentó sonreir, pero solo recibió una mirada mordaz–

– hablo de cuánto más debo fingir tener una relación con heedo –Heekyung lo hizo callar, colando una mano sobre su boca, Seojun la quitó– dijiste que solo tenía que fingir por un par de semanas

– lo sé

– han pasado más de un par de semanas, noona ¿no es suficiente?

– entiendo que estés enojado seojun-ah, pero ¿acaso no estas feliz de que más gente los conozca ahora?

– estaría feliz si la gente se interesara en nosotros por nuestro talento, no por una estúpida relación

Seojun se giro, impidiendo escuchar alguna excusa más por parte de su noona. Estaba cansado, no tenía energía para estar ahí, mucho menos para tomar fotos con una chica que apenas conocía, pretendiendo ser la pareja más feliz del mundo. El solo quería descansar.

La ira que comenzaba a inundar su cuerpo, se vió interrumpida por la llegada de Heedo; era momento de seguir trabajando.

– sunbae –saludo la niña, con una amplia sonrisa en sus labios– ¿ha estado bien?

–Seojun asintió– ¿y tú?

– de maravilla –se acercó más– pronto tendré mi primera reunión con fans y estoy muy emocionada –se llevó las manos al pecho, sintiendo su agitado corazón– ¿usted no se sintió nervioso en su primer fan meeting?

– mucho –sonrió, al recordar aquella experiencia– mis manos no dejaban de temblar, casí derrame mi café encima de una fan –soltó una risita– pero no cambiaría nada de ese día, fue uno de los más felices de mi vida

La más bajita asintió, sonriendo aún más cuando vió los gatunos ojos de su sunbae hacerse más pequeños.
El realmente tenía una sonrisa hermosa.

Se vieron limitados a seguir su conversación cuando el director dió la orden de comenzar.
La primera pose era de ambos a los lados, tomados de la mano.
Heedo pudo confirmar lo grandes que eran las manos de su sunbae, cuando una de las poses era Seojun tocando su mejilla y viceversa.

Entre más y más flashes se daban, más mareado se sentía Seojun, quería pedir un descanso, pero las palabras no salían de su boca.

– ¿se siente bien, sunbae? –le susurro la chica a su lado, heedo lo miraba con preocupación– no tiene buena cara