Cramberry's Dream

37 4 2
                                    

Hoy es otro típico día de trabajo, me desperté tarde, Teo me llamó a gritos desde la calle como de costumbre y me llevó a mi trabajo.

A eso de las tres la pastelería comenzó a llenarse, suele ser común en esta temporada.

—Buenas tardes necesito encargar un pastel —pidió un joven

—Buenas tardes, deme un minuto por favor ya lo atiendo —contestó Susan — éste es su cambio... —le mención a otro cliente.

—¿Hay alguien más con quien pueda hablar? —continuó insistiendo aquel caballero

—Solo un minuto por favor sea paciente los demás clientes llegaron antes que usted y también desean ser atendidos —puntualizó finalmente Susan un tanto molesta

—No tengo toda la tarde señorita debo regresar a mi trabajo en 30minutos.

—¡Ela auxilio! —exclamó Susan llamando hacia la cocina—

Yo me encontraba decorando unos cupcakes para una boda, con los auriculares a todo volumen y no pude escuchar a Susan.

Mientras tanto el caballero continuaba impaciente.
Susan decidió hacerlo pasar a la cocina pues su impaciencia estaba incomodando a los demás clientes.

"- ¡Dímelo!..."- cantaba yo a todos pulmón bailando también al ritmo de la música, el joven que acababa de entrar reconoció la canción y continuó la estrofa con una voz muy fuerte que me hizo reaccionar y dar la vuelta.

—¿Y tú quién eres?— pregunté sorprendida

—Tu amiga de la caja me dejó pasar, necesito hacer un pedido de un pastel.

—Regresa y habla con ella, yo no atiendo clientes —le contesté, dí media vuelta y regresé a mis cupcakes

—Ella está muy ocupada por el momento y yo no puedo esperar más —mencionó y avanzó en mi dirección quedando solo a unos pasos de distancia justo frente a mí con un entreceño fruncido y los brazos cruzados a la altura de su pecho

—Pues yo también estoy muy ocupada —respondí al escuchar el tono prepotente en que me habló y coloqué mis manos a la altura de mi cintura

—no lo parecía hace cinco minutos cuando dabas vueltas —me reclamó

—Que desagradable eres—  repliqué, —¿a ti que más te da como hago mi trabajo?

—Oye solo quiero encargar un pastel que necesito. Mientras más rápido me atiendas más rápido me iré ¿te parece?

Lo miré con mucho desagrado.
—¿Y si no quiero? —pregunté desafiante.

—Yo jamás había actuado así, siempre era muy dulce y amable con todos, pero este tipo hizo que reaccionara en una forma muy distinta.

El cubrió su boca con su mano y apretó ligeramente la punta de su nariz con sus dedos, miró hacia otro lado y trató de empezar de nuevo

—Oye no tengo tiempo para juegos. Necesito un pastel para el martes y Ariana solo come los pasteles de aquí. —Por favor— pidió con una sonrisa claramente fingida.

Me crucé de brazos, lo miré por unos segundos, medité en el asunto, negarme a aceptar su pedido sería su mejor castigo por todo lo grosero que es, pero la tal Ariana no tiene la culpa, ¿será igual de prepotente que aquel tipo?, si es así tampoco lo merece, pero yo valoro a mis clientes y si a ella solo le agradan mis pasteles no quiero castigarla por culpa de este tipo

—está bien — contesté—  pero lo haré por Ariana no por ti.

Me retiré el mandil, dejé lo que tenía en las manos y fui hasta el escritorio por un cuaderno de apuntes.

—Siéntate por favor —le pedí al "caballero"

Él rechazo mi oferta y solo se acercó un poco más al escritorio

—Ok, ¿Para este martes? — pregunté y comencé a anotar los detalles

—Sí, antes de las 5 ya tiene que estar listo.

—Como es de último minuto el pedido estará listo el martes al mediodía.

—¿De qué tamaño?

—30 porciones aproximadamente.

—¿Ya escogiste alguno de nuestro catálogo?

—Cramberry's dreams.

—No es temporada de arándanos rojos debes escoger otro — contesté inmediatamente

—Imposible ese es el sabor que desea

—¿Y que hago? No puedo conseguir arándanos aunque los sembrara yo misma no estarían listos para el martes.

—Usa de lata —mencionó relajado

Apreté tan fuerte el esfero que estoy segura de que lo escuché crujir, puse mis ojos en blanco, mis labios se tensaron y mis mejillas ardían por la furia, lo que él acababa de pedirme era el peor insulto que jamás había escuchado.

—Eso nunca, es una abominación — mascullé entre dientes

—Bueno usa secos entonces, o buscalos en el supermercado en algún lugar del mundo deben haber arándanos rojos, lo que cuesten no importa estoy dispuesto a pagarlo.

Traté de tomar aire y tranquilizarme y responderle de una manera amable aunque lo que en realidad quería hacer era vaciarle una bolsa de harina encima.

—Hagamos algo, —comenté fingiendo calma—  consíguelos tú y yo hago el pastel gratis ¿Te parece?

—está bien, los conseguiré yo, no debe ser tan difícil. Y no es necesario que lo hagas gratis, lo único que deseo es que sea ese pastel y que esté listo a tiempo.

—como quieras, pero si no los consigues haré el pastel que yo quiera y me pagarás el doble .

—Tenemos un trato — dijo el caballero y extendió su mano

No quise aceptarla y no la acepté

—debes traerlos máximo hasta el sábado en la noche de lo contrario no estará listo a tiempo— le expliqué y agaché mi cabeza nuevamente.

—¿Tu nombre es?

—¿Por qué te interesa? — preguntó

—porque quiero tatuármelo en la frente —contesté con sarcasmo

El río.

—¿A nombre de quién queda el pedido? —Volví a mencionar

—Oh claro, Cristian.

—Cristian, ¿no tienes apellido?

—Borja

—Muy bien Cristian Borja

Jeeeelllloooouuuuu!!!!!😌

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Jeeeelllloooouuuuu!!!!!😌

Segundo capítulo, aunque cortito🤪.

¿A alguien se le antoja probar el tan polémico pastel 🍰?

Comenten 🤗😘

La magia de ElaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora