Besos, caricias y miedo

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—Buenas tardes, ¿en qué le puedo ayudar? -preguntó Susan

—Estoy buscando a tu amiga, la pastelera.

—¿De dónde la conoces? ¿Son amigos?

—No en realidad, tiene un pastel para mí, está a nombre de Cristian Borja.

—Permíteme revisarlo. —Susan buscó en sus apuntes y encontró el pedido. —Sí, ya está listo, ya lo traigo.

—Pero necesito hablar con tu amiga también, llámala por favor. —acotó Cristian

—Ella está muy ocupada en este momento, no creo que te pueda atender —comentó Susan con una ligera mueca negativa

—Es algo importante, no tomará más de dos minutos, necesito hablar con ella personalmente

Susan cedió a la insistencia, —dame un minuto y ya le aviso—
Ella entró en la cocina y me buscó, se acercó y me habló al oído para que Julián no la escuchara

—Un bizcochito te está buscando afuera dijo dando pequeños saltitos de emoción

—¿De que hablas? —Pregunté muy extrañada

—Cristian Borja, encargó un pastel de arándanos rojos y dice que necesita hablar contigo personalmente

—Ah, ya se de quien hablas respondí con cara de pocos amigos. ¿Y qué quiere?, su pastel ya está listo.

—Dice que necesita hablar contigo, que es algo importante. ¿De qué se trata Ela, qué asuntos te traes con él? —quizo saber

—Susan tranquilízate, después te cuento. —dudé bastante en sí salir o no, pero quería terminar con este asunto así que opté por ir, —dile que ya salgo por favor

Susan regresó a la tienda y le dio el mensaje a Cristian.

Salí unos minutos después y lo invité a sentarse junto a la ventana.

—Hola, ¿De qué necesitas hablar conmigo? -pregunté bastante calmada

—De nuestro trato; dijiste que obtendría el pastel con la condición de conocer a Ariana.

—¿Y dónde está?

—No ha venido conmigo hoy, está ocupada con su fiesta, pero quería saber sí estás disponible el domingo para ir al cine

—Solo quería conocerla y comprobar que no estabas inventando una farsa, no es necesario que salgamos juntos

—Le he contado todo lo sucedido y ella también quiere conocerte por eso me pidió que saliéramos, pero si no puedes ir está bien, podemos venir otro día aquí y ya.

Por algún extraño motivo yo realmente quería conocer a Ariana

—está bien —contesté, —sí estoy disponible el domingo.

—Ok entonces paso por ti a eso de las once

—Ok. Ahora te dejo tengo que continuar con mi trabajo. Susan te entregará tu pedido —finalicé, di media vuelta y regresé a la cocina

—Está bien, adiós —se despidió, ni siquiera me molesté en voltear a verlo

Eran las seis de la tarde y gracias a Julián habíamos terminado todo lo planeado para este día, se sentía muy bien terminar temprano por primera vez

—Ya puedes retirarte si gustas —le dije a Julián

—¿seguro? ¿No prefieren que las acompañe hasta que cierren?

—Ya estamos acostumbradas, no te preocupes, además hoy hay poco movimiento, en quince minutos más cierra Susan y ya nos vamos a casa.

—Ok. Entonces me retiro

La magia de ElaWhere stories live. Discover now