Gerberas

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Julián
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Ela se veía cada vez más apagada, trabajaba en automático y contestaba a todo con monosílabos

No sonreía

Extraño verla sonreir

Llevo trabajando un poco más de dos años con ella y he descubierto que es una mujer increíble, me encanta la pasión con la que trabaja y esa energía que transmite cada vez que se concentra en una tarea es alucinante, pero estas últimas semanas han sido...

Ella ha tratado de ocultar la tristeza que le causa haber roto con su novio, pero lo disimula muy mal, todo el ambiente se siente frío y apagado y no me gusta verla así.

Ayer no pude más, teníamos muy poco que reponer en la tienda y solo había un pedido de cupcakes para un baby shower bastantes sencillos aún así Ela quiso adelantarlos, ella dijo que era para no trabajar con prisas, pero se que mintió porque ella ama trabajar contrareloj, bajo presión, sabiendo que debe aprovechar cada segundo que le queda; hizo la masa, la colocó que en los moldes y los llevó uno por uno al horno cuando en otras ocasiones la he visto hacer maniobras increíbles para llevarlos todos en un solo grupo; luego como si ya no le quedarán fuerzas se recostó junto al horno ¡Junto al horno! De donde sale un calor abrumador...

No tenía idea de que decirle para que se sintiera mejor, solo quería animarla y al final no sé cómo terminé contándole mi más grande secreto, es la única persona con quién lo he hecho y aunque mi intención era que ella sonriera al final he conseguido ser yo quien se alegró al sentirla descansando sobre mi pecho...

Julián reconsidera esa idea Ela es una amiga... Y tu jefa...

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Me encontraba esperando el cambio del semáforo en una esquina cuando lo noté, he recorrido el mismo camino de ida y vuelta todos los días a la pastelería demasiadas veces y hoy es la primera vez que noto aquel sitio, una florería.

Avancé hasta el estacionamiento y dedicidí entrar, ni siquiera entendí de todo el motivo que me impulsó

¿Estás seguro de que no sabes el motivo?

Comencé a dar vueltas por el lugar y entonces una pequeña sonrisa se dibujó en mis labios cuando vi un hermoso arreglo de flores de colores vibrantes, ni siquiera tuve que pensarlo cuando ya me encontraba pagando por él.

-Tu novia prefiere un envoltorio de corazones o solo las ato en un moño -mencionó la vendedora

-No es mi novia contesté en automático

-oh, disculpa la imprudencia -mencionó la joven y se limitó a darme mi cambio y desearme buen día.

Al llegar al trabajo no sabía qué hacer, no sabía si Ela habría llegado ya o qué estaría haciendo.

Fuí sigiloso y traté de entrar con el menor ruido posible, Ela estaba enjuagando unos moldes en el lavaplatos.

-¿Juli me alcanzas una toalla por favor? -mencionó Ela de espaldas aún hacia mí, yo creí que había sido silencioso

-Claro -contesté, me acerqué al cajón de toallas y tomé una, giré y Ela ya estaba observándome

Por unos segundos me congelé sin saber que hacer o que decir

-¿Y esas flores? -preguntó Ela- ¿acaso las vamos a utilizar en algo?

Negué con la cabeza

-Cuando las vi pensé en tí-
Sí, hubiera sido bueno decir eso, hubiera sido sincero al contrario del: -"ah, creo que hacen falta flores en este lugar"- dubitativo y tan bobo que pronuncié

La magia de ElaWhere stories live. Discover now