Kataboom

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Habían pasado días desde lo de Cristian y me había vuelto muy buena evitando a toda costa a Lucas, también ayudó el hecho de que le pedí tiempo para ordenar mis ideas.

¿Desde cuándo tu vida sentimental es tan interesante?

-¡Ela! -llamó Teo desde la vereda

-solo un momento por favor -grité desde la ventana de mi departamento

de vuelta a la original tú

Teo me llevó a mi trabajo, hoy estaba muy ocupada con un pedido especial para una novia, cubriríamos toda la mesa de dulces, con la ayuda de Julián habíamos avanzado muy rápido y todo estaba quedando perfecto, lo último de lo que nos estábamos encargando era de los macarrones, Julián los empaquetaba y yo los ordenaba en la caja de entrega.

Estaba usando mis auriculares, trabajo mucho mejor escuchando música, nada me vuelve más feliz que trabajar y escuchar música a todo volumen

Recibí una notificación, era Lucas

—Hola bonita, hace días que no he podido verte, necesito hablar contigo, ¿podemos vernos?

Sencillamente ignoré el mensaje, hacía días que no sabía nada de él, y aún así mi confusión era la misma de no saber si darme o no una oportunidad con Lucas, estaba muy confundida y después de lo que sucedió con Cristian solo se volvió más extraño

Algo cambio, y Lucas dejó de importarte pero no lo quieres aceptar

A eso de las 3 de la tarde ya habíamos terminado con todo lo de la boda, y precisamente hoy no había mucho que reponer en la tienda así que terminamos temprano y a eso de las 5 de la tarde decidimos cerrar porque no había el flujo habitual de clientes, mejor dicho ese día no tuvimos clientes.

Entonces se me ocurrió que sería buena idea salir con Susan y con Julián, invitarlos a tomar un trago en algún bar y divertirnos un rato.

Lo que quieres es olvidar a ....

Yo no soy de salir a bailar y tomar licor pero sé que mis amigos si lo disfrutan y puedo sacrificarme de vez en cuando por ellos.

A Susan le encantó la idea igualmente a Julián, le escribí a Teo para que también viniera y aceptó inmediatamente.

Llamé a un Uber para llegar pronto a casa, me arreglé y a eso de las 9 Teo pasó por mí, luego fuimos por Susan y Julián dijo que nos encontraría en la entrada del bar.

Susan estaba hecha una diosa con un vestido dorado que dejaba muy poco a la imaginación, era de tirantes, le llegaba a la mitad de los muslos y tenía un escote en v en el frente que se abría paso hasta mostrar parte del abdomen.

Teo vestía jeans oscuros y una camiseta blanca, se quedó boquiabierto cuando observó a Susan.

Yo opté por usar un skinny leggings que simulaba cuerina un top beige afelpado y unas Chelsea boots y Julián estaba irreconocible, vestía unas botas militares unos jeans negros desgastados, una camiseta sin mangas que dejaba ver sus brazos tonificados, tatuados y musculosos, a la altura del hombro derecho tenía un tatuaje bastante rústico no pude ver claramente lo que decía, también usaba algunos collares, una par de argollas de plata en su oreja derecha y el cabello algo despeinado, por un instante me quedé sin aliento al verlo, sinceramente no me gustan mucho ese tipo de chicos con onda rockera pero Julián estaba muy guapo y no se parecía en nada al chico pulcro que trabajaba en la pastelería de 9 a 7.

Entramos al bar, y Julián no tardó más de cinco segundos en invitar a Susan a bailar, se notaba que le encantaba, Teo y yo fuimos hasta la barra por un par de tragos, optamos por un cóctel sin alcohol ya que ninguno de los dos éramos de embriagarnos, además él era el encargado de conducir.

La magia de ElaWhere stories live. Discover now