¿Quieres que sea yo?

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Cristian llamó a mi puerta, al abrir se sorprendió cuando vió como lucía

—Estás preciosa, ¿acaso estamos celebrando algo y lo olvidé? —preguntó.

—no —contesté inmediatamente—solo quería verme linda para ti…

Él me tomó entre sus brazos y me besó, sentí un escalofrío en mi abdomen.

—Eres demasiado linda princesa, cuanto desearía…

Cristian respiró profundo y no terminó la frase, de nuevo sentí otro escalofrío

—será mejor que sirva la cena o se va a enfriar —dijo él y caminó hasta la cocina

Me quedé estática en la entrada, respiré profundamente y traté de encontrar valor para lo que iba a decirle:

—Aún no tengo hambre, te parece si mejor vemos una película un momento y luego yo sirvo la cena.

—Pero no sabrá igual —contestó Cristian desde la cocina.

Me quedé muda, no había ensayado lo que diría con esa respuesta

—Estás bien preguntó Cristian regresando a mí.

—si, es que estoy algo nerviosa

—¿por qué? —me preguntó

Otra pregunta que no había ensayado, todo se estaba descarrilando, y yo no era buena para improvisar.

—sabes que, mejor empieza a servir la comida hay algo que olvidé dije retrocediendo con la intención de escapar de su mirada inquisitiva

—¿Ela qué te pasa? estás temblando —dijo Cristian acercándose muy lento —¿Princesa qué sucede?

Yo retrocedí, —Tu solo quédate aquí, olvidé algo y ya regreso, quédate aquí y no me sigas ok.

—Ela me estas asustando, por favor explícame de lo que se trata.

—¡No! — grité y corrí a mi habitación y cerré la puerta con seguro tras de mí

Comencé a encender las velas

—Ela déjame entrar gritó Cristian y comenzó a golpear la puerta con su puño

—Dame un minuto por favor grité.

—¿Ela que te sucede? Me estás asustando

Esparcí un splash de chocolate por el cuarto, encendí las cortina de luces  y apagué la luz principal y fui  hasta la puerta

—Cristian cierra los ojos por favor —le pedí.

—Ela abre la puerta

—lo haré, pero cierra los ojos por favor.

—Ela estás actuando muy extraña de qué se trata esto.

—Cristian solo hazlo o no abriré la puerta —supliqué—

—Esto es una broma, ¿De qué va este juego?

—!solo hazlo! Grité

Unos instantes después Cristian paró de golpear la puerta, hubo silencio —esta bien, ya lo hice—pronunció más tranquilo

Abrí la puerta lentamente y comprobé que me decía la verdad, terminé de abrirla me acerqué a él y comencé a besarlo, Cristian aún permanecía con sus ojos cerrados, sus manos se posaron en mi cintura y no fue difícil que las caricias fueran subiendo de tono.

—Princesa no me hagas esto —murmuró Cristian, —me estás torturando, te deseo demasiado…

Cris esta noche quiero ser tuya completamente —dije casi temblando en voz baja junto a su oído

La magia de ElaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora